Arquitectura Arte Diseño EDICIÓN Nº182
Arte y naturaleza en los Hamptons
“Campo Cuttica es una finca de arte y naturaleza. La compré hace tres años para hacer un parque de esculturas monumentales abierto a la comunidad, en agradecimiento por permitirme vivir […]
“Campo Cuttica es una finca de arte y naturaleza. La compré hace tres años para hacer un parque de esculturas monumentales abierto a la comunidad, en agradecimiento por permitirme vivir de lo que me gusta. Había pertenecido a la artista norteamericana Gloria Kisch, que lo usaba como lugar de sanación. Es un presente de los dioses, ya que mi forma de hacer arte coincide con el paradigma de Gloria”, explica Eugenio Cuttica desde su casa en Los Hamptons, Estados Unidos. A lo largo de 20 hectáreas de bosques y lagos se ubican tres estructuras de grandes dimensiones: la galería de arte, su estudio y el de sus hijos Franco y Lautaro, donde se exponen obras de gran envergadura de personajes seleccionados por Eugenio, esculturas de Franco y pinturas expresionistas de Lautaro y de su nuera Isadora Capraro.
La casa principal “es una construcción de estilo modern antique de hormigón y madera, con grandes ventanas frente a una playita sobre el agua, que es como un vidrio. Es muy zen y cómoda, dan ganas de quedarse contemplando el paisaje. Aquí tengo los muebles canjeados a un coleccionista italiano, mis libros y autos de colección. El resto de los edificios son enormes galpones donde se hacen conciertos, eventos, exposiciones colectivas y albergan los talleres de 10 artistas que trabajan de forma permanente. Como agradecimiento quisiera dar algo que me importó siempre, la educación, mediante otro proyecto en Campo Cuttica: una universidad de arte, tipo Bauhaus, que se va a llamar The Cuttica Art College of the Hamptons. Caminar por las aulas de esa universidad viendo a los alumnos haciendo sus pinturas, esculturas y sus sistemas de inteligencia artificial, sería lo único que me haría más feliz de lo feliz que soy ahora”.
PH: Florencia Zampieri.
Texto: Marina Aranda con la colaboración de Carolina Pampliega, curadora de arte.