Arquitectura  Diseño  Edición Nº 186 

Edificio Bilbao, una obra en dos actos

Considerado como uno de los estudios de arquitectura más prestigiosos de la primera mitad del siglo XX, Sánchez, Lagos y de la Torre (SLT) tuvo a su cargo la proyección […]

“Como el dueño quería una ‘anticocina’, se tiró una pared y quedó integrada al living”, dice Sandy. Pinturas de garzas de Florencia Ibarguren, sillas de Harturo, copón de alabastro –herencia familiar- sobre columna de mármol. Living: alfombras afganas, mesa de Harturo, banqueta tapizada en piel de chivo y bibliotecas de la casa inglesa Stanley. Los muros tienen casi cuatro metros de altura.

Considerado como uno de los estudios de arquitectura más prestigiosos de la primera mitad del siglo XX, Sánchez, Lagos y de la Torre (SLT) tuvo a su cargo la proyección del edificio Kavanagh, además de una variedad de construcciones públicas o de renta entre las que se cuenta el edificio Bilbao, inaugurado en la esquina de Viamonte y 25 de Mayo, hacia 1926. Casi un siglo después, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires reconoció su valor patrimonial y restauró la fachada de lineas simples y doble portón de madera como parte del programa de revitalización del área metropolitana. 

Dos cuartos de pequeñas dimensiones se unificaron para dar lugar a la suite principal con espacio para instalar un sillón tapizado en cuero de sebú. Obra de Milo Locket, mesas y lámparas de La Tienda de Carmen.
Sandy le encargó a las artistas Paca Robirosa y Cecilia Ibarguren la creación de un mural que remite a la naturaleza, uno de los temas favoritos del propietario. Cómoda y lámparas de Harturo y kilim antiguo.

El estado impecable y el potencial que presentaba el duplex ubicado en los pisos tercero y cuarto cautivaron a un vecino de Recoleta que buscaba mudarse de barrio: “Estos duplex fueron unos de los primeros en construirse en sudamérica. Mi cliente vendió su piso elegante, compró el departamento y me pidió que hiciera lo necesario para lograr un interiorismo contemporáneo”, explica el diseñador Sandy Cairncross.

En el hall próximo a los dormitorios y al balcón, par de figuras pintadas sobre papel de diario de Candelaria Aroma y obras de Soco Figueroa Arias y Milo Locket.
Colección de porcelanas chinas del 1900, entre ellas, pareja de perros Fu, dressoir comprado en un remate, cuadros japoneses de 1940.
Sobre el mueble que perteneció al abuelo rematador del dueño, tinta comprada en Tienda Bristol. A

La obra se realizó en dos períodos, pandemia de por medio, durante los cuales interiorista y propietario compraron obras de arte en la feria Bada, recorrieron tiendas y visitaron remates buscando muebles, alfombras y objetos que pudieran sumarse a los que ya pertenecían al propietario. “La combinación de piezas de distintas épocas y diseñadores es parte de mi estilo. El espejo del living lo compramos en un remate y lo guardamos en un depósito hasta encontrarle su lugar arriba del sofá”. En el proyecto también se restauraron los pisos de roble de eslavonia, las ventanas originales se adaptaron para aislar los ambientes del ruido externo y a la escalera recién lustrada se le sumó una alfombra de yute sostenida por varillas plateadas “muy al estilo Ralph Lauren”. 

Creditos Estudio Sandy Cairncross Diseño de interiores.

PH: Adela Aldama.

Texto: Marina Aranda.

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