“Afortunadamente no paro de soñar, tanto que todo termina materializándose. Sueño con seguir en paz y tener tiempo para pintar. Con construir escuelas, una iglesia y lanzar una línea de […]
“Afortunadamente no paro de soñar, tanto que todo termina materializándose. Sueño con seguir en paz y tener tiempo para pintar. Con construir escuelas, una iglesia y lanzar una línea de accesorios. Sueño con un mundo mejor. Sueño con recorrer el planeta y viajar a la luna”. No resultaría raro que Javier Echenike termine cumpliendo esas fantasías, teniendo en cuenta que a sus 51 años ya se dedicó a la publicidad, a las artes plásticas y al diseño de interiores, jardines, wallpapers y anillos de plata. Incluso ideó un restaurante en Lisboa. Desde que dejó su Madrid natal vivió en ocho ciudades de Europa, Estados Unidos y Sudamérica -en Buenos Aires- y actualmente reside en Palm Springs, donde se ocupa de proyectos de arquitectura e interiorismo. “De esta ciudad me atrapó su arquitectura. Las casas fueron diseñadas por Richard Neutra, Albert Frey y otros tantos prestigiosos profesionales contratados por las estrellas que buscaban descansar del ritmo frenético de Hollywood”.
A pedido de unos clientes productores de cine transformó radicalmente Casa Vía Lazo, que pasó del estilo español -ventanas pequeñas, techos de tejas, galerías con arcos y cornisas- a una impactante residencia mid-century con amplios ventanales e inundada de luz. “La vivienda está en un área de protección histórica, por lo tanto tuvimos que lograr la aprobación del Departamento de Arquitectura de California. De la edificación original sólo quedaron los cimientos y el techo: llenamos 44 contenedores de escombros y 25 toneladas de cemento. Al eliminar tanto concreto, pasillos estrechos y puertas, parece el doble de grande”. Los interiores y el paisajismo también llevan la firma de Echenike, que seguramente alguna vez también soñó con estar cerca de los grandes nombres de la arquitectura.