Arquitectura Diseño Edición Nº 180
Donde entran uno y entran seis
Hay reformas que parecen un juego de sumas y restas donde el resultado es siempre positivo. Como la de este piso casi centenario sobre Avenida Quintana, en Recoleta, que optimizó […]
Hay reformas que parecen un juego de sumas y restas donde el resultado es siempre positivo. Como la de este piso casi centenario sobre Avenida Quintana, en Recoleta, que optimizó el espacio para convertirlo en el pied-à-terre de un matrimonio con cuatro hijos adolescentes que viven en las afueras de la ciudad. A pesar de sus 200 metros, el departamento tenía solo dos cuartos y había que repensar la planta para que tuviera capacidad de recibir a todos, si fuera necesario. Con ese plan, los dueños recurrieron al estudio de la arquitecta Paula Herrero quien, se encargó del proyecto y ejecución de interiores: “repensamos el layout para sumar dormitorios, ganar espacios de estudio y trabajo y lograr la versatilidad con los muebles, que se usan en distintas ubicaciones según las necesidades”, dice Paula. El cuarto para los chicos surgió de la unión del antiguo comedor diario y el lavadero; fue clave cambiar la puerta de lugar para que se pudiera abrir al pasillo de distribución, como los demás ambientes: “lo bautizamos ‘el camarote’ en referencia a los cuartos de los barcos porque solo entra una cama lateral, hacia la pared”. Las áreas sociales se organizaron en zonas diferenciadas con doble uso: el estar-dormitorio para ver televisión que funciona como cuarta estancia cuando están todos los chicos; y el comedor-estudio “es el lugar de encuentros familiares y también de reuniones de trabajo. Es un espacio teatral por excelencia. La iluminación enmarca solo la situación de la mesa, que además se definió con un material claro para acrecentar esa atmósfera”. Para sumar un toilette se remodeló el baño de servicio integrándolo al área pública de cocina y cava mediante el mismo mosaico negro y blanco. Funcional para uno, o para seis.
Creditos: Paula Herrero Arquitectura
PH: Arq. Daniela Mac Adden
Texto: Marina Aranda