Arquitectura  Diseño  Edición Nº 180 

La ventaja de ser el primero en llegar

“Como fuimos de los primeros en descubrir La Calesa, elegimos uno de los mejores terrenos con vista a la cancha de golf y a las dos lagunas.Tiene muy buenos árboles […]

Imagen de tapa de D&D Nº180.

“Como fuimos de los primeros en descubrir La Calesa, elegimos uno de los mejores terrenos con vista a la cancha de golf y a las dos lagunas.Tiene muy buenos árboles y solo vemos el verde”, explica el arquitecto Hugo Gallego, que acaba de estrenar casa propia en uno de los barrios más nuevos de Pilará. El proyecto, de 640 metros, lleva la firma de G2 Estudio, donde Gallego tiene como socio a su hermano Darío, también arquitecto. Con esa ubicación privilegiada, desde el principio tuvo la certeza de que el vidrio sería protagonista. “Vidrio y hormigón, acero para la estructura y madera en los pisos”, aclara. La elección de la madera no fue casual ni aleatoria: “usamos madera maciza de palo santo en toda la casa, incluidos los pisos de los baños, del subsuelo y de la galería, porque tiene un color y aroma increíbles”. Y como si no fuera suficiente la entrada de luz a través de los amplios ventanales, proyectó decenas de lucarnas por las que se observan los efectos de la luminosidad a lo largo del día. “La luz natural me da mucha energía y por las aberturas se arman composiciones interesantes”. Pensada para disfrutar, la propiedad tiene parlantes Bose en todos los ambientes, y en el exterior: “puedo estar escuchando Pink Floyd en la galería y mis hijos, rock en el fogón sin que se superpongan los ritmos”. Y tanto la música, como el control de temperatura y las cortinas se monitorean por domótica.

En un lote con vistas a las lagunas y a la cancha de golf, el arquitecto Hugo Gallego encontró el sitio ideal para construir la casa de sus sueños.

 

Los módulos de diferentes tamaños se arman como un rompecabezas dándole forma al amplio sofá del living, en el que cada integrante de la familia o invitado puede elegir cómo sentarse según la posición de los respaldos.

Los colores de los muebles de Paola Lenti acompañan los múltiples escenarios: grises y azules en la planta baja, asociados al hormigón; naranjas y violetas en el primer piso, próximos a las paredes de acero corten; y verde petróleo y verde esmeralda en la galería, donde impacta la naturaleza. 

 

La diseñadora Pamela Martos, a cargo del interiorismo, eligió para el comedor “una paleta que acompaña los colores de los materiales de la arquitectura: azul noche, azul marino y celeste grisáceo. La mesa blanca está para iluminar”.
La cocina aparece suspendida como una caja de cristal sobre el espejo de agua externo que la rodea, un recurso al que recurrió el arquitecto en búsqueda de armonía e impacto en el ingreso a la vivienda.
Cada rincón está cuidado al detalle y adornado por piezas de Paola Lenti, como en la suite principal que tiene, además, alfombra de Kalpakian. A la derecha, tronco de madera de cardón que el dueño trajo de Córdoba.

Nota completa disponible en la edición Nº180 de D&D.

Estudio: G2 Estudio

PH: Arq. Daniela Mac Adden

Texto: Marina Aranda

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