Viajes
Turismo Francia en casa propia
EL CORAZÓN DE LA CHAMPAGNE Por Luisa Zuberbühler Informe Camilo Aldao Vivir frente a un lago para recorrer en auto y sin apuro, una región que combina paisajes y […]
EL CORAZÓN DE LA CHAMPAGNE
Por Luisa Zuberbühler
Informe Camilo Aldao
Vivir frente a un lago para recorrer en auto y sin apuro, una región que combina paisajes y un patrimonio histórico excepcional
Fontainebleau, testigo de la actividad oficial e íntima de la corte de reyes y emperadores a lo largo de ocho siglos, es un ejemplo del arte de vivir a la francesa.
LA CASITA Y SU PUEBLITO
Nos encantó vivir en pleno campo pero cerquísima de Provins, bella ciudad amurallada, Patrimonio Mundial de la Unesco. La antigua capital de los condes de Champagne propone un viaje a la Edad Media con mercados y cenas medievales, además del imperdible Espectáculo de las Águilas de las Murallas.
Los dueños de esta propiedad con lago privado, remodelaron una casita cómoda que alquilan por Airbnb (https://www.airbnb.fr/rooms/2289475). Abajo, el mercado frente a la iglesia de Saint Ayoul y las murallas, que también encierran tiendas repletas de manjares.
CASTILLOS Y PALACIOS
Algunos son majestuosos como Fontainebleau o Vaux Le Vicomte, tan fastuoso que desató la envidia de Luis XIV y la desgracia de su dueño, encarcelado de por vida. Otros como Blandy Les Tours o La Motte Tilly son fortalezas transformadas en residencias señoriales.
El salón oval de Vaux Le Vicomte, palacio donde se filmaron, entre otras muchas películas, El Hombre de la Máscara de Hierro con Leo Di Caprio y María Antonieta de Sofía Coppola.Mini tren para recorrer los jardines de Fontainebleau: el más grande tiene 11 hectáreas.
La Torre del Homenaje en Blandy Les Tours y los jardines de La Motte Tilly, que se transformaron en un parque inglés.
CIUDADES Y PUEBLOS
Épernay, rodeada de viñedos, seduce a miles de turistas con la posibilidad de visitar sus afamadas bodegas de champagne. Otras, como Sens o Troyes tienen un pasado medieval que conservan sus centros históricos. Y La Vallée Village es un mega shopping donde conviven H&M y Zara con Armani y Jimmy Choo.
La puerta de Saint-Martin, de 1540. Casco antiguo o vieux troyes y sus casas con entramado de madera. Rotonda champañera. La catedral de Saint–Étienne en Sens, uno de las primeras iglesias góticas de Francia. Outlet con más de cien etiquetas internacionales.
Un placer este tipo de viaje que descubrimos aprovechando la escala en Paris incluida en nuestro pasaje de Air France a Madrid, mencionado en la nota de D&D anterior. Conocíamos Paris y no teníamos ganas de estar haciendo valijas así que alquilamos una casita y, lo que parecía un lance resultó un éxito total. Todas las mañanas salíamos a visitar un destino diferente, teniendo siempre la precaución de reservar un restaurante para almorzar. Lo elegíamos usando la Guía Michelin o siguiendo los consejos de Michèle et Alain, los dueños de casa, que también nos recomendaron lugares en Provins: todas las tardes pasábamos por la plaza Saint Ayoul a comprar croissants para el desayuno en la boulangerie, vinos, quesos y foie gras en lo de Breth’s o unos buenos bifes en la boucherie de al lado. Obvio que también había supermercados -excelente el Lidl- pero nos gustaba la pasada por el pueblito.
Amé la ubicación de la casa, en plena Île de France, y rodeada de tanta historia que nos costó seleccionar los lugares a visitar. Empezamos por Provins, que quedaba al lado y es tan famoso que la gente viene en tren desde Paris por el día para sumergirse en la Edad Media, participando en los espectáculos mencionados en su portal (www.provins.net). En Vaux Le Vicomte, propiedad privada de la familia Vogüé, alquilamos un carrito de golf para llegar hasta la estatua de Hércules. Nos tentamos en su boutique y almorzamos en la cafetería. A Fontainebleau también fuimos por el día, pero almorzando en La Table des Maréchaux, del Hotel Napoleon, 9 rue Grande (+33 1 60 39 50 50). Troyes es una importante ciudad cuyo apogeo comenzó en el siglo XII. Nos internamos en las callejuelas del casco antiguo hasta la Madeleine y su mini cementerio con antiquísimas tumbas de «inocentes» o bebitos que nacieron muertos. Almorzamos en Au Jardin Gourmand, 31 Rue Paillot de Montabert, (33 3 25 73 36 13). En Sens, después de pasar por su célebre catedral, comimos en Au Crieur de Vin, 1 rue d’ Alsace Lorraine, (+33386659280). A la vuelta paramos en el castillo de La Motte Tilly -comparado con los anteriores me pareció, como dice su folleto, «una casa de campo»-; y en el Musée Camille Claudel, donde se luce la belleza sublime de las obras de esta trágica escultora. A Epernay recomiendo ir un día de sol, para gozar del paisaje de las colinas tapizadas de viñedos, antes de almorzar súper bien en La Table Kobus, 3 rue du Dr Rousseau (+33 3 26 51 53 53). La Vallée Village y la fortaleza de Blandy Les Tours quedan en la misma dirección. Al primero fuimos por el día -para desgracia de Camilo- y el segundo lo dejamos para el último día, camino al aeropuerto, parando a almorzar en el Auberge de Crisenoy, 23 rue Grande, (+33164388306).
Este viaje es ideal para hacer con chicos: la casita tiene hamacas en el jardín, un montón de juguetes y hasta practicuna. Disneyland Paris está a menos de 60 kilómetros y los programas medievales de Provins, el trencito de Fontainebleau y la posibilidad de disfrazarse de princesas o de mosqueteros en Vaux Le Vicomte, les van a fascinar. Y un ultimo consejo: baje la aplicación Waze a su celular para ir y venir a la casita sin perderse.