Diseño
Cumpliendo un sueño
Por Tata Velarde Elegí parar y volver a empezar. Sentimientos encontrados… la aventura ya tenía fecha de partida. Un 12 de Enero de 2017, después de exponer en inglés mi […]
Por Tata Velarde
Elegí parar y volver a empezar.
Sentimientos encontrados… la aventura ya tenía fecha de partida. Un 12 de Enero de 2017, después de exponer en inglés mi business plan para poner un pie en Miami, mi visa de inversión fue finalmente aprobada.
Desde el año 2011 que, como diseñadora, sueño tener la experiencia de trabajar en un mercado radicalmente opuesto al de Argentina. Un sueño que pude cumplir gracias al apoyo incondicional de Julián, mi marido, un loco aventurero como lo soy yo, y a la bondad de mis 3 hijos: Mora, Ramón y Agnès.
El 18 de Enero de 2017, los cinco, y con una vida atrás resumida en quince valijas, aterrizamos en Miami. Allí nos esperaba un departamento vacío. Había que comprar desde colchones hasta el pelapapa. Fueron días intensos, teníamos mucho por organizar: anotar a nuestros tres hijos en el colegio (el cual ya había arrancado una semana atrás), contratar el seguro médico, conectar internet, ¡hasta comprar un auto! Salvo mi familia, todo era nuevo: vivir rodeada de palmeras, sentir calor en invierno y trabajar utilizando las unidades de medida “pulgadas” y “pies”.
La adrenalina fue una constante. Ya habiendo resuelto la lista de prioridades para arrancar, retomé mi primer proyecto en Miami, el cual había comenzado varios meses atrás. Otro gran desafío era (y lo sigue siendo) el continuar generando proyectos en Buenos Aires, y, en forma simultánea, palpar con inteligencia lo que demanda un mercado como Miami. La pregunta era qué aportar profesionalmente a una ciudad que, desde el desembarco de Art Basel, tuvo un proceso de cambio sumamente interesante.
Salir de mi zona de confort fue un salto al vacío. El desarraigo a los 44 años no es fácil y decidir volver a empezar, tampoco. Pero soy inquieta, curiosa y pongo mucho tesón en cada meta que me propongo. Comprendí que haber crecido profesionalmente en un país como Argentina, en el cual muchas veces se hace cuesta arriba trabajar, me enriqueció enormemente como profesional, y me dio herramientas para este mercado tan competitivo.
Torres que crecen tal cual hongos, muchas de ellas trazadas por íconos de la arquitectura como Zaha Hadid, centros comerciales nuevos, museos que se imponen y distritos de diseño, como el design district, le dan ritmo a esta ciudad; que, de a poco, se fue transformando hacia una estética mucho más depurada y anisada gracias a la influencia del noreste americano y el europeo. Considero que esta transformación se dio puesto que el público que transita hoy Miami es nuevo, y busca otro escenario cultural y otros estilos en el diseño.
Profesionalmente, es un mercado muy rico para el diseñador, no solo las marcas locales están a su alcance, sino las del mundo. ¡Todo llega a Miami!
La dinámica que se genera entre el profesional y el proveedor es muy buena. Constantemente visitan mi estudio las principales marcas de diseño. Me ofrecen muestras de sus materiales para que pueda trabajar de una forma más ágil con mis clientes. Saben que soy nueva, pero el trato que recibo como profesional es igual al de cualquier otro estudio con años de trayectoria en la ciudad. Son muy buenos vendedores y confían en el potencial cliente.
Animarme a este cambio no fue solo gracias a mi manera de ser, sino que también gracias a los excelentes colegas que me acompañaron y me ayudaron a crecer, gracias a mis proveedores y gracias a destacados medios de comunicación que sumaron a la largo de mi carrera. Mi cabeza vive un permanente brainstorming. Sin cesar ideas nuevas trazan caminos que me permiten analizar el diseño desde diferentes ángulos. Volver a empezar también significo poder parar la pelota y elegir como quiero seguir creciendo en mi trabajo, y que nuevos desafíos estoy abierta a experimentar.
Con la mirada esférica como el de una libélula, estoy atenta a lo que sucede, en una ciudad en la que todavía hay mucho por hacer.