Arquitectura Edición Nº 192

Refugio en la otra orilla

“El departamento está ubicado frente al Puerto de Buceo en la ciudad de Montevideo, justo en esa bahía que alberga el Club Náutico y atesora una pequeña playa”, dice el […]

Valdemarín en el sofá curvo de Tacchini, junto a la mesa de centro de Vincent Van Duysen para B&B, y piezas escultóricas seleccionadas de firmas italianas; obra del artista geométrico uruguayo Juan de Andrés.

“El departamento está ubicado frente al Puerto de Buceo en la ciudad de Montevideo, justo en esa bahía que alberga el Club Náutico y atesora una pequeña playa”, dice el arquitecto Rubén Valdemarín, a cargo de la renovación de esta vivienda urbana. “Se trata de una zona pujante y moderna que se está reconstruyendo alrededor del nuevo centro financiero y corporativo uruguayo. El cliente tiene temporadas de trabajo en ese país y la demanda central era maximizar su calidad de vida durante esos períodos laborales que lo llevan a instalarse en esa capital”.

La suite y los ambientes principales desarrollados en dos plantas miran al frente, con una terraza al río. “Los espacios secundarios se complementan con grandes terrazas que contemplan las torres de la Ciudad Nueva. El contacto visual con la costa hacia el frente definió los criterios del trabajo”, agrega Valdemarín.

Unidad material y cromática que genera continuidad espacial: hall de ingreso revestido en roble teñido, comedor con mesa de MDF Italia en dorado mate, sillas rodantes de cuero graneado, colgante central de Flos, escalera metálica calado láser, siempre contrastados con el travertino sólido (Laviere).

Baño principal con vista a la ciudad combina el beige suave de la piedra natural con el negro metálico de la grifería de Axor. Está equipado con mobiliario de la firma Duravit.

“En el piso superior desarrollamos una suite principal con muebles de Minotti, Sartori y Flos. Es muy grande, con espacio para home theatre y escritorio, terrazas equipadas con parrilla, solarium y comedor al aire libre. El jacuzzi exterior y los camastros son de Tribú.

La calidad arquitectónica del edificio demandó una intervención muy grande con demoliciones completas, así que fue como empezar de cero: “La totalidad del proyecto está resuelto con una familia reducida de materiales para crear una continuidad absoluta y robusta: los pisos y revestimientos son de travertino claro a la veta, traído desde Turquía, y los muros están revestidos con papel textil de Vescom. Todas las aberturas y placares internos fueron confeccionados en Italia con marcos invisibles en el mismo tono que el papel tapiz”. Uno de los ejes principales fue maximizar la altura de los techos, dinteles y vigas del edificio. “Se hizo un trabajo fino para disimular el condicionamiento de los techos bajos y para esto se trabajó en aberturas, estructura, revestimientos y cortinados de modo de amplificar la sensación de altura de los ambientes”.

CREDITOS: Estudio Rubén Valdemarín.

PH: Marcos Guiponi.

Texto: Vivi Vallejos.