Decoración
MAR DE FRENTE
“Es mágico. Un rincón escondido, muy poco transitado y cerca de todo”. Pocas palabras son las que necesita Paula Lamas para describir el encanto de un proyecto que la enamoró […]
“Es mágico. Un rincón escondido, muy poco transitado y cerca de todo”. Pocas palabras son las que necesita Paula Lamas para describir el encanto de un proyecto que la enamoró desde el inicio.
Junto con su marido, Martin Dogliani, conduce una compañía de desarrollos inmobiliarios y comparten esa tarea con entusiasmo. Por eso tienen el ojo atento a las oportunidades y conocen las posibilidades de un espacio. Tienen, además, la capacidad planificar el camino, e incluso habitar situaciones que todavía no existen. “Desde el primer día empiezo a imaginar cómo lo vamos a decorar”, asegura Paula.
Donde ahora hay ocho departamentos, apenas había un lote frente al mar en Montoya, La Barra. El terreno era propiedad de unos amigos y resistía sobre la línea de la playa. “Un sitio privilegiado, con vistas y atardeceres únicos. Era de los pocos que quedaban sin edificar y nos encomendaron esta lindísima tarea. Desde Alma de Manantiales Developers llevamos muchos años construyendo en Punta del Este. Especialmente condominios en La Barra y Manantiales. Juntos armamos un buen equipo, y la última parte, la del interiorismo, es la que más disfruto”.
Así nació Las Rocas, un complejo de ocho unidades residenciales diseñado por Martín Gómez sobre un terreno poco transitado y que mira al horizonte, condiciones a las que se sumó el lenguaje de un arquitecto que sabe dialogar con su entorno. “Era la persona ideal para lograr un proyecto que se uniera al mar y al paisaje natural. Con el hormigón y el lapacho como materiales dominantes logró un resultado increíble”. El paso a paso y la particularidad de la geografía hicieron que al final los propios empresarios sintieran que era su destino. “No podíamos dejar pasar la oportunidad de vivir en ese increíble lugar”, pensaron.
Los dormitorios fueron revestidos en madera blanca. Respaldo y mesas de luz de Mar Abierto. Sobre la cama, colcha de lino comprada durante un viaje y como pie una manta de conejo, también de Mar Abierto. El espejo de hierro es de Florencia Gómez, tabla de surf que funciona como mesa pintada por Nicolás Caubarrere e iluminada por una lámpara de Trios Lighting.
“Este dúplex está ubicado en la primera línea frente al mar. El gran balcón se integra con el living a partir de un único recurso que es el revestimiento de lapacho, generando un gran ambiente. Colocamos un gran mesón y dejamos toda la vajilla a la vista, pero escondimos los equipamientos. Usamos la madera pintada de blanco porque queríamos sentir que su calidez nos contenía entre el hormigón del techo y los pisos de piedra negra”.
TEXTO DEBORA CAMPOS
FOTOS ARQ. DANIELA MAC ADDEN