Arte  Edición Nº 188 

El complejo mundo de una mujer en el arte

Martina Servio es de Córdoba, nació en Villa María, pero vivió casi toda su vida en Capital Federal. “Podría decir que mis recuerdos más preciados siempre tienen que ver con […]

Martina Servio es de Córdoba, nació en Villa María, pero vivió casi toda su vida en Capital Federal. “Podría decir que mis recuerdos más preciados siempre tienen que ver con una escuelita de arte, con el altillo de mi abuela, las cerámicas que me daba para colorear, la posibilidad de pintar las paredes de mi habitación y mamá exhibiendo mis obras en el espacio común. También recuerdo la primera muestra de arte que vi fue con mi tía en Londres. Fue una de David Hockney y quedé alucinada. Desde entonces quise estudiar artes plásticas. Lo hice de forma autodidacta, y desde hace cinco años es mi profesión” confiesa Martina. 

Hoy ya consagrada, presentó su primera exhibición individual, Lo efímero de las cosas, uno de sus últimos trabajos en el que se encontró estudiando en un espacio donde conoció a tres mujeres artistas con una historia marcada por abortos, mala praxis, maternidad; incluso una de ellas era partera de profesión. Cuando esperaba su primer hijo sintió necesidad de continuar con esta temática, y profundizarla. Con curaduría de Agustina Rinaldi, su obra actualmente puede visitarse en el Museo de Arte Contemporáneo Donnaregina de Nápoles (MADRE), donde forma parte de una muestra colectiva curada por Florencia Cherñajovsky. “Para mí era el vacío, una especie de agujero negro que explicaba cómo se crean las cosas, el choque de materia, la necesidad de la nada para crear. Era algo más espiritual con la madre tierra y la fuente de todo esto. Después adquirió un sentido más político al comprender que estaba inmersa en una sociedad donde el poder en la mujer es algo que se quiere sofocar, callar, y que el útero es una fuente de poder controlada por muchas instituciones” revela sobre sus últimos trabajos. “Por el tamaño de las obras, me dijeron que mi trabajo lo hacía un hombre: no podían creer que había una mujer joven detrás, lo que evidenciaba lo ridículo de la situación actual. Pero vivimos en un mundo machista. Ser mujer es complejo, tiene silencios y tabúes no expuestos, como por ejemplo gestar o maternar”.

Su zona de confort a la hora de crear es el dibujo y el óleo, pero siempre está innovando. Empieza escribiendo y después, sin boceto, analiza y da forma a lo que se convertirá en su próximo trabajo, que suele ser continuo. Por estos días está abocada a una video instalación sobre un happening que podrá verse en vivo en abril.

Texto: Jimena Sampataro.

PH: Eve Grynberg.

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