Arte Edición N° 196 Eventos
Un viaje al diseño
El Encuentro Internacional de Interiorismo y Diseño DArA ID celebró su novena edición con la participación de diseñadores, arquitectos y artistas que llegaron a Buenos Aires desde ciudades de todo […]
El Encuentro Internacional de Interiorismo y Diseño DArA ID celebró su novena edición con la participación de diseñadores, arquitectos y artistas que llegaron a Buenos Aires desde ciudades de todo el mundo.
Durante dos días, Buenos Aires fue la capital internacional del diseño con la celebración de la 9ª edición de las Jornadas ID, organizadas por DArA. Un lujo para la capital de los argentinos, que es y ha sido un semillero de talentos de fama mundial. Prueba de ello fue el lleno total en el auditorio del Palacio Libertad, cuando los invitados, calificados como pocos, expusieron en la gigantesca sala Ballena Azul lo último en materia de tendencias.
Todo comenzó en el piso 15 de la Bolsa de Comercio, showroom de Egger, main sponsor de este congreso, con un desayuno gourmet presidido por la formidable vista a edificios emblemáticos de la ciudad, como el Palacio de Correos, la sede del Estado Mayor Conjunto, la Plaza de Mayo y, a lo lejos, el centro neurálgico del nuevo eje urbano que es Puerto Madero.
Desde su creación, DArA ha velado por la calidad y el desarrollo del diseño de interiores en Argentina. Una iniciativa que tiene historia y premio, como la distinción mayor que recuerda a Celina Arauz de Pirovano, decana de la decoración en nuestro país, fundadora, junto a Ricardo e Ignacio Pirovano, de la Casa Comte, cuyo equipo de creación integró nada menos que un diseñador notable como Jean Michel Frank, un exquisito francés que vestía de franela gris y diseñaba muebles minimalistas tapizados en cuero crudo.
UNA DISTINCIÓN ESPERADA
Este año, el premio reconoció la trayectoria del arquitecto Julio Oropel, un científico del diseño que, con talento silencioso, le abrió a DArA las puertas de la calle. DArA se expandió y pasó de los interiores a tomar calles y plazas, paredes con instalaciones de madera y cartón, vidrieras y desfiles en lo que se llamó Giro
Arenales, y que hoy, tras ese puntapié inicial, es una fecha obligada en la agenda del diseño en Buenos Aires.
Para Julio Oropel, arquitecto nacido en Córdoba, con una visión contemporánea tan audaz como sólida, capaz de saltar la vara de las convenciones y abrir otros horizontes en el diseño de interiores, es una merecida distinción. En palabras de Laura Ocampo, presidenta de DArA, “es un reconocimiento de la comisión directiva al trabajo de Oropel como diseñador, creativo, inventor y ex presidente de DArA”.
DIFUNDIR Y PROYECTAR
En la Argentina de 2024, potenciar el diseño es la oportunidad de buscar nuevos nichos de exportación. Así lo entendió la Cancillería argentina, que se sumó al evento con un cóctel en el Palacio San Martín, presidido por la entonces canciller Diana Mondino, la embajadora de Marca País, Bettina Bulgheroni, y la presidenta de DArA, Laura Ocampo. La coronación de estas jornadas fue la presentación de los invitados en el auditorio del Palacio Libertad, colmado de un público ávido, en su mayoría femenino, interesado en escuchar las voces y ver las obras de los profesionales invitados. DArA, asociación sin fines de lucro fundada en 1986, tiene como propósito promover y desarrollar el interiorismo y el diseño.
Entre los objetivos de la institución, ocupa un lugar fundamental el contacto con organizaciones públicas y privadas, tanto internacionales y locales, vinculadas con la investigación y el análisis.Con un nivel de altísima calidad, tanto en experiencias, desarrollo, contactos y expansión a nivel global, los invitados de este año se llevan la cucarda de oro. Ellos fueron Bernard Dubois, Carlo Massoud, Anthony Guerrée, Alexandre Benjamin Navet y Michël Chénaud. Un dream team por su formación y apertura a campos absolutamente diversos de la creación: desde la fidelidad a la arquitectura minimalista, hasta el desarrollo de increíbles prototipos de muebles, la incorporación del color en el beaux arts, y la estrecha relación con el universo expandido del arte contemporáneo.
LOS PROTAGONISTAS
Carlo Massoud es un diseñador y arquitecto libanés, orientado a la exploración de territorios y lugares nuevos en busca de inspiración para sus trabajos. A través de estas experiencias, descubrió la posibilidad de colaborar con artesanos telúricos, tejiendo una narrativa inédita que suma destrezas y materiales. Su estilo se define por la capacidad para cruzar tradiciones con nuevas tendencias y formas geométricas.
Anthony Guerrée es un diseñador francés, galardonado con el premio Le French Design 100, que trabaja mano a mano con artesanos, explorando la excelencia de las prácticas ancestrales y su relación con las artes decorativas francesas. Sus creaciones se distinguen por la funcionalidad, y su trabajo por la estrecha relación con marcas y galerías internacionales.
Alexandre Benjamin Navet es un artista multidisciplinario y diseñador industrial francés, fundador de la residencia de artistas Les ateliers dans la forêt. Su obra se destaca por dibujos que fusionan fondos y trazos dinámicos, con una vibrante paleta de colores. Son composiciones tan vitales como estimulantes, en un mix de pintura y arquitectura. A lo largo de su carrera ha colaborado con marcas premium como Van Cleef & Arpels, Cartier y Harrods, entre otras.
Michaël Chénaud: curador francés de diseño, es una rara avis por su estrategia visionaria de principios humanistas. Opera en el centro de la transformación de organizaciones e individuos. Su enfoque holístico y su decisión de colocar al artista en el centro de la sociedad son pilares fundamentales de su trabajo. Es director de la galería Mica, fundada en 2001. Creador de objetos no convencionales, es un interlocutor fuera de serie.
Bernard Dubois fue mi elegido en esta edición de DArA ID, por su versatilidad para entender las grandes marcas y para desarrollar un lenguaje visual que potencie su identidad. Belga, formado en la prestigiosa Escuela de Artes Visuales de La Cambre, escapa a las coordenadas obvias. Podría ser un formidable jugador de básquet por su físico privilegiado, mide 1,95 m., pero es un prodigioso creador de climas, un mago capaz de proyectar un espacio que se adapte, como un guante, a la imagen de marca, al formato del producto y a la identidad estética. Su paleta es baja, neutra, dejando el protagonismo a lo que quiere exhibir. Lo hizo, con mucho éxito, en la revitalización de Courrèges (ahora parte del grupo Kering, de François Pinault), al poner en valor la estricta visión original de los creadores, que en los años sesenta imaginaron una marca asociada a nuevos materiales, muchos de ellos de cuño industrial. La firma nació en 1961, y sus dos fundadores, André y Coqueline Courrèges, plantearon una línea inspirada en el futurismo: piezas blancas, mucho neopreno, PVC, tejidos técnicos y móviles plateados, una clara geometría asociada al gran Cristóbal Balenciaga.
Habla con entusiasmo de su arquitecto más admirado, que no es otro que Philip Johnson, y se entiende por qué. De París a Shanghái, pasando por Nueva York, destaca en sus diseños el enfoque analítico que fascina a los clientes de alta gama como Lanvin e Incicle. En La Cambre conoció a Nicolas Di Felice, director artístico de Courrèges, y juntos encararon el cambio sin perder la memoria de lo que fue Courrèges cuando comenzó. “Es lo que admiro de Johnson, la capacidad para mirar hacia adelante sin perder la memoria de los valores que importan”.
Tal como lo demostró en su presentación pública en el Palacio Libertad, Dubois cree en los proyectos que articulen de manera rigurosa la funcionalidad con la estética. A los cuarenta, y con una carrera brillante por delante, transmite un sereno bienestar consigo mismo y con el partido elegido, donde triunfa siempre pasado y presente. Algo visible en su local para Icicle de Shanghái. No hay tradición más poderosa y vigente que la China. ¿Por qué negarla? “Creo en una experiencia integral, inmersiva, a tono con la tendencia que impone el siglo XXI, pero, por encima de todo, creo en el respeto por el cliente y en la calidad de la realización”.
Texto: Alicia de Arteaga