Arquitectura Edición Nº 189
El cliente como interiorista
Convocadas por una pareja joven que había comprado un piso antiguo en Belgrano, Noma Estudio trabajó primero en la distribución de la planta, muy segmentada y poco útil para el […]
Convocadas por una pareja joven que había comprado un piso antiguo en Belgrano, Noma Estudio trabajó primero en la distribución de la planta, muy segmentada y poco útil para el uso que le darían los nuevos dueños. Lo fundamental fue reformar la cocina, incorporando la habitación de servicio y el lavadero para generar un único gran ambiente con mesada de trabajo sobre la ventana, y priorizar la entrada de luz. Además se concentró el espacio de guardado en una biblioteca de madera. Otro de los grandes desafíos fue crear una master suite al unir dos habitaciones e integrar el baño con un vestidor detrás de un revestimiento de madera.
La obra se llevó a cabo en dos etapas. Primero se dio lugar a la reforma y, próxima a terminar, los clientes decidieron participar en el interiorismo. “El proceso de obra e interiorismo fue muy gratificante ya que los clientes confiaron mucho en nosotras desde el primer momento. Nos permitió trabajar con libertad y tomar las decisiones en conjunto haciéndolo muy dinámico y placentero” cuentan Camila y Leila.
Una de las principales decisiones fue conectar el comedor con la cocina -espacio muy valorado por la pareja- mediante una biblioteca acompañando la circulación entre los espacios. Al ser un departamento antiguo tenía ciertos aspectos a ocultar: desniveles en el living, vigas, pases de instalaciones y columnas. Con equipamiento fijo como bibliotecas o placares, se buscó ordenar los espacios y limpiarlos visualmente.
La propuesta de las arquitectas es que los clientes logren reconocer también su identidad en la obra: “Siempre elegimos materiales atemporales que les permitan una base neutra para poder incorporar sus objetos personales”.
CREDITOS: Estudio Noma.
PH: Magali Saberian.
Estilismo: Ale Altamira.
Texto: Pablo Sáez.