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Cartografías

Carola Reyna es una de las actrices más destacadas de la Argentina. Nació en Buenos Aires, tiene un hijo y está casada con el actor Boy Olmi desde hace más […]

Carola Reyna es una de las actrices más destacadas de la Argentina. Nació en Buenos Aires, tiene un hijo y está casada con el actor Boy Olmi desde hace más de 20 años. Teatro, cine, televisión: no hay nada que no haya hecho. Si bien tiene un perfil muy bajo, su trabajo es reconocido por todos. Hoy se luce en el Paseo La Plaza en la obra “Sin Filtro” junto al Puma Goity. Carola disfruta del arte en general y es fanática del agua, algo que se refleja en los lugares elegidos. Definitivamente una manera de ver Buenos Aires desde una perspectiva muy personal. 

Parque Micaela Bastidas «Vivo por la zona, y lo vimos nacer. Cada árbol que plantaban, cada rosal, cada flor. Le decíamos ‘plaza mágica’ porque tenía juegos muy novedosos para chicos. Hoy verlo crecido, con esas plantas, esos desniveles, me parece hermoso. Además desde las diferentes alturas se puede disfrutar de la vista al río. Tiene bancos para sentarse a leer y es ideal para disfrutar de un picnic. Para mí, es el mejor lugar para salir con mi perro y conectarme con la naturaleza en la ciudad”.

Furaibo Restaurante «Un ambiente especial. Queda cerca de casa y me encanta disfrutar de la ceremonia del té, que acá en Buenos Aires no hay muchas. La fusión de restaurante y templo budista es única, podés estar comiendo algo y al lado están recitando mantras. Sin lugar a dudas la comida es riquísima, pero la mística de la propuesta y las actividades que realizan hacen que vaya muy seguido».

Las grúas Puerto Madero «Disfruto mucho caminar por el barrio. Se pueden apreciar pasado, presente y futuro con tan sólo mirar esas grúas que parecen esculturas divinas, como gacelas. Me recuerdan a nuestros queridos abuelos inmigrantes que llegaron al puerto, porque eso es lo que somos, un gran puerto. Hoy podemos ver la parte joven de Puerto Madero, pero esas grúas nos remiten siempre al pasado y tienen un poder enorme». 

Arroyo Esperita-Tigre «Tuve una casita en Carapachay. Mamá y mi tía me regalaron una canoa tipo Pocahontas, y era como irnos de expedición. El canal era muy angosto, había unas cabañas tailandesas que me transportaban a otro lado. El placer de estar lejos del tránsito, amarrarte a algún muelle y quedarse flotando. Un lugar fuera del mundo».

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