Edición Nº 200  Inspiraciones 

Bordar la vida

Inspiraciones Chiachio y Giannone Cuando ya eran pareja, la dupla creativa conformada por Leo Chiachio (Banfield, 1969) y Daniel Giannone (Córdoba, 1964), nació con un gesto que sintetiza su actitud […]

Inspiraciones Chiachio y Giannone

Cuando ya eran pareja, la dupla creativa conformada por Leo Chiachio (Banfield, 1969) y Daniel Giannone (Córdoba, 1964), nació con un gesto que sintetiza su actitud ante la vida y el arte: borraron sus rastros como artistas individuales para crear una huella única —la de Chiachio y Giannone— moldeada por la riqueza del trabajo colaborativo que requiere algo que a ellos les sobra: entrega, confianza, humildad y talento. Desde entonces, con un uso maestro del color, y de las agujas como si fueran pinceles, se han dedicado a bordar los universos que los atraviesan: la vida familiar en el hogar, el legado de los amigos artistas, la sabiduría de los pueblos originarios, el activismo LGTBIQ+, las reivindicaciones colectivas, el cuidado del planeta y el paso del tiempo, algo de lo que actualmente hablan bastante mientras transitan los días en estado de creación. “No necesitamos tener una muestra. Siempre estamos produciendo”, cuenta Daniel. Esos tiempos lentos y extensos son necesarios para desplegar el lenguaje y la técnica que los hace únicos por la profundidad de sus obras y la diversidad de materiales que utilizan. El resultado son textiles provocativos, oníricos, sensibles, exuberantes, que no pueden pasar inadvertidos, como los temas que describen. En un mundo que se les vuelve cada vez más cercano, porque exploran el pulso artístico de cada destino, e inmenso por lo que les queda por ver, este año participarán en la trienal textil en Hangzhou, en China y en la de Lodz, más antigua del mundo, que se celebra en Polonia. Hacia fin de año, estarán presentes en la Art Basel Miami. En el ámbito local, son parte de la celebración de los 60 años de la Galería Ruth Benzacar con una exposición en una de sus salas. Ganadores de premios como el Tapisserie d’Aubusson, en Francia, o el Bola de Nieve, otorgado por sus colegas, con obras en museos y colecciones privadas nacionales e internacionales, afirman que su trayectoria es fruto de un recorrido sostenido. Dice Leo: “No nos olvidamos de los que nos precedieron: Pablo Suárez, Feliciano Centurión, José Leonilson, Marcelo Pombo, entre otros. Al mismo tiempo, nos damos cuenta de que hemos abierto el camino a nuevas generaciones que ponen en práctica el textil con sus propias voces, y eso es hermoso”.

Nosotros, los de entonces


“Estamos trabajando en una serie que se llama Madurones con escenas cotidianas de nuestra vida hoy. Lo tomamos del título de una nota que nos hicieron para un medio de Chile y nos gustó porque habla de la belleza que se manifiesta en esta etapa, pasados los 50”, adelanta Leo. En nuestros autorretratos notamos que cambia la forma de posar, las caras, el color de los pelos, de las barbas. Sin embargo, seguimos siendo nosotros en un modo más apacible, hogareño, en balance. Cantamos la misma canción, con nuevas entonaciones. ¡Aguanten los madurones!”, proclama Daniel.

Paisaje y refugio

“El aire y la luz de Traslasierra son parte de un microclima que hace que el tiempo transcurra de una manera especial. Desde las ventanas del estudio, vemos el cordón del Cerro Champaquí. Aquí entramos en una frecuencia que nos permite trabajar sin interrupciones y, a la vez, nos sumergimos en el ritmo del pueblo: charlamos con la gente, comemos lo de nuestra huerta. Esta tierra nos une: yo soy cordobés y la bisabuela de Leo era comechingona”, cuenta Daniel. “Lo que aporta el paisaje seguramente va estar presente en las obras, pero no es algo que contemplamos a priori en el proceso creativo, sino que se descubrirá con el paso del tiempo”, afirma Leo.

Legados


“Lo ancestral nos atraviesa. Creemos que el arte está relacionado con ese gesto atávico y originario de crear con las manos. En Vancouver, estuvimos con artesanas del pueblo Salish. Compartimos ceremonias, salimos a recolectar fibras para hacer cestería, trabajamos juntos y aprendimos mucho de su filosofía. Nos sorprendió ver que sus patrones de cestería son similares a los diseños de vajillas orientales. Para nosotros, esos descubrimientos son como tesoros porque nos habla de las conexiones que existe entre los saberes, la cosmovisión de estos grupos y sus legados”.

Los viajes

“Los viajes nos dan la oportunidad de anclar aprendizajes, acercarnos a todo lo que nos rodea; abrirnos a lo nuevo, que es uno de los aspectos más lindos del arte. Salimos a cada destino con la intención de practicar la escucha y siempre volvemos transformados”.

Che cosa sei?


“La música es una compañía constante y, a medida que pasa el tiempo, percibimos otras capas de las letras y las melodías. Somos curiosos, nos gusta descubrir artistas. Ahora estamos escuchando a Orville Peck, un cantante de country muy interesante. Nos fascinan las voces femeninas de todos los estilos: Juana Molina, Ada Falcón, Nelly Omar, la venezolana Soledad Bravo”, dice Leo. “Como buenos descendientes de italianos, amamos a Mina. En mi caso, me conecta con mi lado más melancólico y con la presencia de mi mamá, que era italiana y le encantaban esas canciones nostálgicas”, recuerda Daniel, también es amante del folclore y sus danzas.

Tras los pasos de Olimpia


“Nos interesa reivindicar a las mujeres que, en su época, no pudieron desplegar su talento como artistas porque no tuvieron las mismas oportunidades que los varones. Como ejemplo, Gunta Stölzl o Anni Albers, en Bauhaus, o Elena Izcue en Perú. Todas ellas eran grandes pintoras que trascendieron a partir del arte textil o de la cerámica, disciplinas que estaban relacionadas con el ámbito hogareño. Particularmente, seguimos trabajando para rescatar la obra y la figura de la cordobesa Olimpia Payer, una de las primeras pintoras profesionales que participó de ocho Salones Nacionales y no ganó ninguno. Ahora buscamos la obra de sus contemporáneas”.

De moda


“La moda que vemos en la calle y las muestras de diseñadores que vemos en los museos del mundo son una fuente de inspiración constante. Usamos telas para cubrirnos desde el primero hasta el último momento de la vida y los textiles son la materia prima de lo que hacemos. Nos gusta ver los colores y las texturas que elige la gente, cómo interpreta distintos códigos de la moda y qué comunican con lo que usan para vestirse. Notamos que todo es muy uniforme. En cambio, cuando éramos chicos había que prepararse para recibir visitas o ir al centro. A nosotros nos gustan esos rituales. Nos vestimos espacialmente para nuestras inauguraciones y para eso confiamos en nuestra amiga Vicki Otero”, describe Leo.

Parte de la familia

“Teníamos tres perros, todos salchichas. Uno de ellos, Piolín, vivió más de 20 años así que estamos agradecidos de haber compartido todo ese tiempo con él. Ahora nos acompañan Chicha Bettina y La Dorada. Ellas nos enseñan, nos dan alegría, forman parte de la vida en el hogar y están presentes en nuestras obras desde que empezamos a hablar de las nuevas configuraciones de la familia en la sociedad. En este caso, somos una familia homoparental que tiene a perros como hijos. Cuando las bordamos, queremos que aparezca todo lo que nos dan y si eso se logra, nos pone muy contentos”, cuenta Leo.

 

Texto: Viviana Álvarez

 

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