Edición Nº 180  Preguntas Picantes 

PREGUNTAS PICANTES Andrés Rosarios

Estudió en Estados Unidos y vive en Francia hace ocho años, donde a su profesión se la define como “arquitecto de interiores”. Riguroso y exigente, su mirada es internacional como […]

Estudió en Estados Unidos y vive en Francia hace ocho años, donde a su profesión se la define como “arquitecto de interiores”. Riguroso y exigente, su mirada es internacional como sus clientes y su gran formación académica. 

 ¿A quién admiras en materia de arquitectura, y por qué?

Al arquitecto estonio-estadounidense Louis Kahn (Itze-Leib Schmuilowsky, 1901-1974), uno de los grandes maestros del siglo XX. Lo considero una referencia ineludible para cualquier profesional, no sólo por su cronometrado y teatral manejo de la luz natural, en relación con la elección estructural a la hora de diseñar un edificio, sino también porque sus edificios han probado ser atemporales, logrando espacios donde la intimidad dialoga con la monumentalidad mediante la luz utilizada como partitura.  

¿Cuáles son los mayores vicios de los argentinos a la hora de contratar un arquitecto?

No jugarse ni saber exigir más a los profesionales

¿Hay algún trabajo del que te hayas arrepentido? ¿Por qué?

Todos. Porque una vez que uno termina un trabajo y toma distancia se da cuenta de que aún le queda mucho por aprender y que no es lo suficiente bueno. Soy mi peor crítico. 

¿Algún vicio irritante típico de tus colegas?

Criticar todo sin sustento histórico e intelectual. La mayor parte de la gente hoy habla como escribe en WhatsApp, mezclan palabras en otros idiomas para hacerse pasar por cultos, pero no leen un libro ni que les pegues.

¿Qué es lo peor que puede pedir un cliente?

Diseñar un placar o pedir que a los niños les ponga enchufes para la playstation sin siquiera considerar una biblioteca. No hay cosa más triste que ver hijos maleducados y padres permisivos.

¿Alguna gaffe que hayas cometido y que hoy te cause gracia?

 En el momento de la instalación de un dormitorio habíamos encargado una mesa cuadrada de apoyo, pero quedaba todo muy encimado. Sin que la clienta nos viera la cortamos y la transformamos en dos consolas. Después nos felicitó por el cambio: la mesa nunca le había gustado.

¿Qué es lo más absurdo que has hecho en un trabajo? 

Gastar todo el dinero en la obra de un cliente que llevaba un tren de vida por arriba de sus posibilidades

¿Cuál es el proyecto más utópico o delirante que te gustaría realizar?

Un museo de arquitectura interior. Comenzaría con el origen del Renacimiento en Italia cuyo hito fundador es el Teatro Olímpico de 1585, obra del arquitecto Andrea Paladio, y terminaría en la inauguración del Teatro La Fenice de 1792, diseñado por el arquitecto Gian Antonio Selva, en Venecia, para dar paso al Barroco.

Texto: Pablo Sáez

 

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