Decoración 

Mágica Chicago

En la planta 32 de un rascacielos de Chicago, los arquitectos Massimo Alvisi y Junko Kirimoto desplegaron un lenguaje que capitaliza lo mejor de la tradición oriental y el diseño italiano.

El resultado es un interiorismo singular que se apropia de las panorámicas urbanas y las integra en una polifonía de estilos en la que destaca una colección de objetos arqueológicos y obras de arte contemporáneo, propiedad del cliente.

Destacan las vistas sobre West Loop, situado en la orilla del río Chicago, un barrio que tiempo atrás había sido una desangelada zona industrial de la ciudad. Sobre los 2600 metros cuadrados de la planta desarrollaron oficinas de dirección, áreas de trabajo y un recorrido a modo de galería de arte de mil metros cuadrados. En cada espacio, la ciudad es protagonista. Chicago es sinónimo de rascacielos y museos, dos elementos inspiradores para los arquitectos, que sumaron algo de su propia identidad. De este modo, el recorrido se reserva algunas apuestas audaces: doble alturas y perspectivas que irrumpen en el momento menos pensado, muros acristalados hacia afuera pero entre las situaciones interiores también, y un uso del color sin estridencias. En el frente norte se ubicaron la recepción, la sala de juntas, el winter garden, el itinerario expositivo y un restaurante. Las oficinas privadas y algunas áreas comunes están en el lado sur, donde se encuentra una enorme caja de madera de 3,60 metros de altura en la que se despliega una escultura de bambú del artista Ueno Masao, suspendida del techo sobre una mesa con acabado de laca japonés, obra de Junko Kirimoto. Se trata de un imponente espacio de usos múltiples, dedicado al arte y a la música.

 

El estudio tenía el desafío de componer una galería de arte para la colección de los propietarios, además de una serie de piezas arqueológicas.
En la mayor parte de las situaciones está presente la ciudad de Chicago. El edificio tiene 224 metros de altura, está ubicado en el corazón de la metrópolis, y a orillas del río.
Los 2600 metros cuadrados de esta oficina fueron compartimentados en áreas de trabajo, sectores sociales o de reunión, y un conjunto de zonas dedicadas al reposo y distracción del personal. Una cuidadosa selección de los colores define la identidad de cada lugar.

Massimo Alvisi nació en Barletta y se graduó con honores en arquitectura por la Universidad de Florencia. Durante su formación ganó una beca para estudiar sustentabilidad ambiental en Darmstadt, Alemania, con Thomas Herzog. Entre sus obras destacadas figuran el taller del edificio Renzo Piano y la finalización del Auditorio del Parco della Musica, en Roma. Junko Kirimoto nació en Japón y es egresada de la Universidad Seika, de Kyoto. Su tesis le valió un premio del Instituto Japonés de Arquitectos. Su identidad cultural se manifiesta en la atención al detalle, el rigor en el diseño y el enfoque minimalista. Ambos fundaron en 2002 Alvisi Kirimoto, con sede en Roma.

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