EDICIÓN Nº 181
La voz de los materiales: CRISTINA CODERN
Cuatro artistas de diferentes disciplinas nos cuentan sobre el nacimiento, la producción, y la gestión de sus obras. “Cada obra tiene su forma particular de nacer. Todos podemos tener una […]
Cuatro artistas de diferentes disciplinas nos cuentan sobre el nacimiento, la producción, y la gestión de sus obras.
“Cada obra tiene su forma particular de nacer. Todos podemos tener una especie de epifanía y con suerte lograr plasmarla. Lo habitual, en mi caso, viene de millones de imágenes que voy acumulando y que, por alguna razón, un día aparecen juntas y ése es el disparador. Puede ser un sonido, una textura, un paisaje, una obra de arte, un objeto cotidiano. Otras veces llega algo de una manera especial, pero que no se parece a mí. No siento que me represente, pero a pesar de todo se queda en mi mente y se va transformando hasta que sintoniza conmigo. En este punto, la imagen es muy distinta de la inicial, e intento llevarla a cabo. En menos oportunidades me surgen ideas, imágenes que intento retener para llevarlas al papel y no olvidar las formas, colores y detalles. La producción es la parte más compleja. Hay mucho de hacer y deshacer en los diseños que ejecuto hasta dar con el resultado deseado. Siempre lo hecho queda tal cual lo imaginaba, tal vez sea una continuidad del proceso creativo. En contrapunto, cuando repito diseños, vivo una lucha interna casi a lo largo de todo el proceso de confección, porque constantemente quiero cambiar algo. Algunas veces la persona que me encarga una obra quiere participar respecto a colores, materiales o el diseño. Entonces los inicios son bastante interactivos, y eso suma. Es como una suerte de avant-première que me da seguridad. Es difícil plantearse qué tan comercial o vendible puede ser una obra para tomar la decisión de hacerla. Lo ideal es crear sin pensar en nada más, pero tengo que costear los materiales. Si enfoco desde ese ángulo, resulta más sencillo hacer equilibrio entre pasión y números. Es fundamental mostrar lo que hago. Soy terriblemente tímida y me cuesta exponerme. Voy ganando coraje y tal vez algún día me cueste menos. Mi familia es un pilar clave. No sería nada sin Inán, mi hijo, que maneja mis redes sociales. Gracias a las redes llegamos a muchas personas sin importar el lugar en que se encuentren, a una velocidad que no deja de sorprenderme”.
Instagram: @cristinacodern
Texto: Pablo Sáez