Al estilo de

La belleza en el corazón

AL ESTILO DE... JAVIER ITURRIOZ

Hijo de padres embajadores, nació en Buenos Aires, pero vivió desde muy chico en distintos países de Europa. Fue esa vida itinerante el gran disparador que lo decidió a seguir la carrera de arquitectura en la Universidad de Belgrano, también a estudiar interiorismo en España y escenografía en la Escuela del Teatro Colón. Agradece el haber podido dedicarse full time a seguir esa vocación. “En esa época no había Internet, así que pasaba horas en la biblioteca de la Sociedad Central de Arquitectos, que estaba a dos cuadras de mi casa. Por entonces todo pasaba por mirar libros, obras, arquitectos, y estudiar y dibujar con esfuerzo”. Durante la infancia tuvo oportunidad de conocer palacios, grandes residencias, hoteles cinco estrellas y museos, todas postales que quedaron impresas en su memoria y que definieron su estilo. “Todo gira en torno a la historia, a los movimientos artísticos y culturales, y a las tendencias” afirma. Desde hace muchos años vive en pareja con Leopoldo Montes, con quién además de la vida comparte el trabajo y el amor por sus mascotas, que son como sus hijos. Se define como un amante casi enfermizo del arte. Ecléctico en su gusto, asegura que se llevaría 50 obras de cada museo que visita. Es incapaz de nombrar alguno en particular porque es fanático por igual del impresionismo, el expresionismo, el romanticismo, el cubismo, la abstracción, el constructivismo uruguayo y los precursores. De los artistas argentinos admira a Raúl Russo, Rómulo Macció, Nicolas García Uriburu, Emilio Pettoruti, Xul Solar y Antonio Berni.

Viajero incansable, visita regularmente Paris, Nueva York, Londres, Madrid, Palm Beach y Saint Barth; también disfruta de los destinos exóticos como la India, Marruecos y Tailandia. Sin embargo, su lugar en el mundo es Buenos Aires.

¿Qué materiales elegís en arquitectura y decoración?

Los cálidos: la madera, el terciopelo, la seda y el bronce.

Definí lo esencial en una ambientación…

Las obras de arte y las antigüedades, porque dan carácter y reflejan la personalidad del dueño de casa.

¿Qué es permanente y qué es efímero en interiorismo?

Los géneros, los empapelados y algunos objetos van y vienen; pero el arte y el mobiliario son para toda la vida.

¿Cómo se vincula la moda con tu profesión?

Trabajo para la moda: hago casas y locales comerciales. Y las tendencias están presentes en mis decoraciones, por ejemplo, un color, un estampado, algo dorado. También armo vidrieras, participo en lanzamientos y en desfiles de indumentaria.

¿Entre tus tres carreras sentís preferencia por alguna en particular?

Me fascina todo lo que hago, desde decorar una casa hasta diseñar el concepto de un nuevo local comercial; incluso disfruto de organizar una puesta en escena para una marca solo por una noche. La fantasía de lo efímero también tiene su adrenalina.

La conocida frase de Mies van der Rohe: “menos es más”, ¿qué significa para vos?

Entiendo perfectamente el concepto y lo puedo llevar adelante en mi vida personal, pero me siento identificado con esa otra frase que dice “más es más”. Amo lo barroco o maximalista, y admiro el trabajo de Tony Duquette, Jacques García, Alberto Pinto, Lorenzo Castillo o Juan Pablo Molyneux.

Entre lo antiguo y lo contemporáneo ¿qué preferís?

Dentro de lo contemporáneo hay muchas cosas que me gustan, pero reconozco que hubiera sido feliz en la época del Rey Sol o de los zares rusos.

¿Qué consideras indispensable en decoración y en arquitectura?

Equilibrio y buenas proporciones, calidad e impecables terminaciones, materiales nobles y diseño.

¿Cuáles son tus fuentes de inspiración?

Los viajes, las películas, los remates, las obras de Stanley Kubrick, la lectura o quizá algo que sueño mientras duermo.

¿Tus colores y objetos preferidos?

Azul y verde en todas sus gamas; también me gustan el colorado, el dorado y el gris. Objetos antiguos como las porcelanas, las tejas chinas y las esculturas de época.

¿Cómo definís lo frívolo y cómo lo profundo?

Frívolo es aquel que solo piensa en el aspecto lúdico o divertido de la vida sin dar importancia a todo lo que lo merece. Profundo es el sensible, el alma apasionada que se conecta más con las experiencias y el amor. Es quien percibe la música, las obras de arte y la belleza desde el corazón.

Estudio Arquitectos Javier Iturrioz y Leopoldo Montes