EDICIÓN Nº 177  Inspiraciones 

La arquitectura elemental

Andrés Remy nació en General Conesa, provincia de Río Negro, pero su adolescencia transcurrió en Neuquén. En 2000 se recibió de arquitecto por la Universidad de Buenos Aires y enseguida […]

Andrés Remy nació en General Conesa, provincia de Río Negro, pero su adolescencia transcurrió en Neuquén. En 2000 se recibió de arquitecto por la Universidad de Buenos Aires y enseguida partió a Nueva York para trabajar con Rafael Viñoly. La experiencia duró cuatro años, hasta que decidió volver al país y abrir su propio estudio. “Uno de los rasgos más importantes de mi trabajo es la toma de conciencia respecto del lugar. Siempre nos distinguimos por cuidar mucho el entorno y a partir de ahí hacer arquitectura. Por ser residencial, nos involucramos muchísimo con la vida del cliente, a veces un disparador de buenas ideas para implementar” cuenta Remy, que durante el aislamiento decidió mudar su oficina a una quinta con paneles solares y animales que lo conectan con su lado más creativo.

El agua “Es uno de los ejes de nuestra arquitectura y tiene que ver que el agua es símbolo de vida. Me interesa conectarla con los reflejos de la luz; su sonido, es un gran elemento de diseño con el que jugamos continuamente. Además, siempre viví rodeado de agua. Tengo mucho que ver con ella, me atrae”.

Madera Cruda “La madera denota el paso del tiempo. Me interesa como elemento dentro de la arquitectura porque da cierta calidez y sensación de pertenencia, cosa que no logran otros materiales. Por lo general todas son recuperadas, con más de 100 años. En el estudio, por ejemplo, tengo una pinotea recuperada de un edificio que iban a demoler. No estamos de acuerdo con la tala, reutilizar es lo mejor”.

Sol y luna “Son factores que tienen que ver con la persona y el lugar donde vamos a construir. En las latitudes, por ejemplo, la orientación Norte es clave; mientras que en Abu Dhabi, porque con el estudio también tenemos presencia en Emiratos Árabes, al sol lo evitamos generando lugares de sombra para poder estar afuera. La luna también empezó a inspirarnos en los países árabes. Los clientes allá quieren tener acceso a los techos para poder verla y rezar. Entonces las casas necesitan techos planos. Hoy es algo que contemplamos y que hasta nos animamos a proponer a los clientes locales. Y gusta mucho”.

El clima “Es fundamental a la hora de construir. Por ejemplo, estoy haciendo una casa en Miami, donde los huracanes y otras inclemencias condicionan. Pero a la vez inspiran, porque la arquitectura es un arte que tiene normativas, un código que debemos respetar. No es lo mismo hacer una casa en el Delta, que está lleno de mosquitos, o en Pilar, que proponer una de hormigón, que transmite calor, en Abu Dhabi”.

Las canteras “Me gusta conocer el origen de los materiales, ver cómo extraen la piedra. Así aprendí sobre los tipos de cortes. También me inspiran los descartes. Hace unos días fui a ver mármoles a De Stéfano y, por lo general, pido permiso para mirar antes lo que tiraron al volquete. Había unos cortes ideales para crear centros para platos. Eso es lo que me gusta, reutilizar algo que iban a desechar y todo eso, surge al ver el material”.

Texto: Jimena Sampataro.

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