Decoración EDICIÓN Nº166
Comunión hípica
Si aún hay quien considere que un lenguaje arquitectónico contemporáneo no puede salir de un contexto urbano y cosmopolita, el arquitecto Jorge Muradas derrumba el mito en este haras ubicado […]
Si aún hay quien considere que un lenguaje arquitectónico contemporáneo no puede salir de un contexto urbano y cosmopolita, el arquitecto Jorge Muradas derrumba el mito en este haras ubicado en el corazón de Lezama. “Busqué los elementos que permitieran poner en primer plano ese vínculo con el campo. El propietario es un cliente muy querido y buscaba reunir en un espacio integrado su gran pasión por los caballos y una vivienda para clientes y huéspedes”.
En rigor, el haras se dedica a la cría de caballos de salto combinando las sangres más reconocidas mundialmente, y tomando como base la genética europea. Los términos de la combinación “caballos y casa” podrían parecer exóticos, pero es una mecánica frecuente en los centros de cría más exigentes. Y este lo es. “Es cierto que esa vida en comunión con los equinos genera una convivencia distinta, pero el proyecto buscó dar respuestas a esas características” apunta Muradas.
La propuesta retomó esta tradición europea, centrada en una sucesión de espacios en U: hacia el centro, la herradura, zona de desplazamientos de los animales y de trabajo. Hacia el exterior, la pista y el paisaje de la pampa argentina. “Trabajé un lenguaje contemporáneo como base y fui incorporando elementos y texturas que remitieran al entorno y a la actividad desde la calidez”. En ese sentido, optó por una paleta de colores neutros con una presencia central del gris y recurrió a un equipamiento de líneas puras con algunas piezas antiguas. El resultado, una zona de lenguajes que se integran para recibir a exigentes conocedores de la actividad ecuestre del mundo.