CARTOGRAFÍAS Edición Nº193

Cartografías: Agustina Bazterrica

Agustina Bazterrica, nacida en Buenos Aires en 1974, es una escritora argentina reconocida por su obra en el ámbito literario. Licenciada en Artes por la UBA y con experiencia como […]

Agustina Bazterrica, nacida en Buenos Aires en 1974, es una escritora argentina reconocida por su obra en el ámbito literario. Licenciada en Artes por la UBA y con experiencia como gestora cultural y jurado de concursos literarios, ha publicado libros de cuentos como Antes del encuentro feroz y Diecinueve garras y un pájaro oscuro. Sin embargo, fue con su novela Cadáver exquisito, ganadora del Premio Clarín Alfaguara de Novela en 2017, que alcanzó renombre mundial. Esta obra, traducida a más de veinticinco idiomas y elogiada por medios internacionales como The New York Times, The Guardian y Le Monde, la consolidó como autora best seller.

En septiembre lanzó Las Indignas, su última novela, en la que narra una historia en un mundo devastado por el colapso, donde las especies están al borde de la extinción y el futuro parece un concepto lejano. Allí, Bazterrica transporta al lector a un paisaje desolador en el que el pasado parece pesar más que el futuro, y sumerge al lector en un escenario sombrío y desesperanzador. La autora argentina, conocida por su estilo único y provocador, desafía las convenciones literarias al explorar temas profundos y oscuros, haciéndonos reflexionar sobre la humanidad y su lugar en el mundo.

Librería Menéndez. “Es uno de mis espacios vitales. Fui incontables veces cuando trabajaba por la zona. Pablo y Carolina (libreros de pura cepa) encontraron obras que me ayudaron a escribir mis propios libros. Los libreros de Menéndez, tanto como su dueña, Marta, son personas que aman la literatura, que leen y por ende saben recomendar y aprecian a los lectores apasionados. Además, el espacio es hermoso. Ahora que vivo lejos, les pido los libros por WhatsApp y paso a visitarlos cuando puedo”.

Museo Nacional de Bellas Artes. “Los museos, para mí, irradian un aura de sacralidad porque la creación humana tiene algo de mágico. ¿Cómo se logra una maravilla como La vuelta del malón de Ángel della Valle? Es una mirada, un fragmento de vida, algo que va más allá de la razón, un misterio que me ilumina. Es el aura de la que habla Walter Benjamin, ese extrañamiento y cercanía que nos propone el arte. Pero el Museo Nacional, además, me resulta muy especial porque pasé muchas horas en su biblioteca, estudiando, investigando. Cuando entro siento la misma veneración y agradecimiento que generan los recintos sagrados”.

L’aperó. “Un lugar delicioso para pasar un rato agradable. Si bien abrió hace poco fui muchas veces porque todo es exquisito, los tragos, los buñuelos de kale, las papas rosti. Además, venden conservas como escabeches y fermentos como misos, kimchi y chucrut. Ideal para relajar después de un día de trabajo, para tomar un vermú antes de la comida, para escuchar buena música, y mirar el atardecer disfrutando con amigos”.

Cementerio de La Recoleta. “Era mi rincón predilecto para ratearme del colegio. No lo hacía muy seguido, pero cada tanto sentía el impulso romántico y trágico de ir a leer a las tumbas como una poeta del siglo XIX, atravesada por la belleza y la muerte. Por suerte, la pavada de adolescente fatídica se me pasó y ahora es un lugar que disfruto por las historias que encierra, por el arte de sus mausoleos y porque es uno de los pocos cementerios del mundo rodeados de tanta vida, con bares, parques y museos para recorrer”.

Edificio Barolo. “El emblemático edificio Barolo fusiona dos de mis pasiones: arte y literatura. Inspirado en la Divina Comedia de Dante Alighieri, fue uno de los primeros edificios realizados en hormigón armado y el más alto de Latinoamérica cuando se construyó en 1923. Dado que quiero que mi próxima novela transcurra en este edificio (o en uno ficcional inspirado en este), lo estoy estudiando mientras releo la obra. Hice la visita guiada (que recomiendo) y, superando mi vértigo, subí a la cúpula y pudimos ver el faro en funcionamiento y la hermosa Buenos Aires de noche, mi ciudad amada”.

Texto: Jimena Sampataro