EDICIÓN Nº 197  Entrevistas 

Anthony Guerrée: poesía y vanguardia

La literatura, los viajes y la interacción cotidiana son las fuentes de inspiración para las piezas del galardonado diseñador francés, que combinan el detalle de la artesanía tradicional con una […]

La literatura, los viajes y la interacción cotidiana son las fuentes de inspiración para las piezas del galardonado diseñador francés, que combinan el detalle de la artesanía tradicional con una visión innovadora.

 


El dibujo sin pausa y la lectura voraz de La Laideur se vend mal (La fealdad se vende mal), de Raymond Loewy, fueron las influencias directas para que, a los quince años, Anthony Guerrée (38) decidiera poner distancia con la región de Normandía, donde había nacido, para mudarse a la única escuela que ofrecía «diseño» como materia, en Caen. De allí siguió su camino creativo en la École Boulle, de París, fundada en 1886 y considerada una de las escuelas de artes y oficios más importantes de Francia. “Fue una experiencia transformadora. Aprender junto a artesanos y diseñadores apasionados me dio una profunda apreciación por el detalle, la materialidad y la poesía de la creación”, dice Guerrée. Tras trabajar en estudios de renombre, como los de Andrée Putman y Christophe Delcourt, en 2020 Anthony se lanzó como diseñador y director de arte independiente, desarrollando un estilo conectado con la literatura y la funcionalidad. Su primera colección, «Sillas del Tiempo Perdido”, una serie inspirada en los personajes de la novela de Marcel Proust, fue un éxito rotundo. En 2022, su innovadora silla biombo Verdurin se incorporó a las colecciones de Mobilier National, por lo que fue galardonado con el premio «Diseño Francés 100». “Siempre me sentí atraído por el diseño de productos, debido a su influencia inmediata en la forma en que las personas viven sus vidas. Incluso si es simplemente una taza de té”. La funcionalidad y universalidad de sus creaciones lo llevaron a colaborar con numerosas marcas y galerías francesas e internacionales. Luego de su paso por nuestro país en el marco de Dara ID, acaba de lanzar una exclusiva línea de productos en colaboración con Nosten Argentina.

¿Cuándo decidiste que ibas a ser diseñador?

Aunque no había nadie en la familia directamente involucrado en el diseño, durante mi adolescencia temprana, lo descubrí a través del dibujo y la curiosidad. Miraba las revistas en los quioscos con el deseo de saber más, cuando comprendí que los objetos, los muebles y los espacios podían dar forma a las experiencias de las personas. Me encantaba la idea de que el diseño tuviera el poder de influir en cómo vivimos y sentimos.

Trabajaste con el Studio Putman y luego con Delcourt. ¿Cómo fueron esas experiencias?

Trabajar con el estudio de Andrée Putman fue como entrar en un mundo donde coexisten elegancia y rigor. Aprendí a diseñar con mesura, a buscar el equilibrio y a entender la importancia de la atemporalidad. Con Christophe Delcourt descubrí la intimidad de trabajar de cerca con artesanos. Me involucré profundamente en el desarrollo de colecciones de muebles, desde los bocetos hasta los prototipos. Aprendí cómo el diálogo con los creadores enriquece un diseño: cada mano que toca una pieza le agrega una capa de alma.

¿En qué momento empezaste a idear tus propias creaciones?

Después de una década de aprender y crecer junto a diseñadores inspiradores, sentí una necesidad irresistible de contar mis propias historias. Quería crear piezas que expresaran mi visión: muebles que son esculturas funcionales, donde la forma, el material y la emoción se entrelazan. No se trataba solo de crear objetos, sino de construir un mundo en el que el diseño evocara sentimientos y generara conexiones.

En tu trabajo siempre hay un enfoque especial con los artesanos, la literatura y el arte.
La artesanía es el núcleo de mi práctica. Creo que los materiales transmiten memoria y trabajar con artesanos me permite honrarla. Con la literatura, me fascina cómo las palabras pueden construir mundos imaginarios y trato de traducir eso en mis diseños. El arte, especialmente la escultura, también me influye. Artistas como Constantin Brâncuși o Eduardo Chillida dieron forma a las formas.

¿Qué artistas o diseñadores te inspiran?

Admiro a Jean-Michel Frank por su elegancia minimalista, a Pierre Chareau por sus muebles arquitectónicos y a Henry van de Velde por su enfoque poético de la materialidad. También me inspiran los diseñadores contemporáneos que desafían los límites sin dejar de respetar la artesanía, como Vincenzo De Cotiis.

¿Cuáles son los desafíos de una colaboración con las marcas?

El desafío consiste en mantener tu visión creativa y al mismo tiempo alinearte con la identidad de la marca. Pero considero que esta tensión es productiva: te obliga a refinar tus ideas. Elijo colaboraciones basadas en valores compartidos: respeto por la artesanía, deseo de innovación y la voluntad de contar historias significativas a través del diseño.

Visitaste Argentina invitado por DArA ID. ¿Cómo fue esa experiencia?

Me conmovió el entusiasmo y la curiosidad de la comunidad del diseño en Buenos Aires. La mezcla de influencias europeas y latinoamericanas de la ciudad, su energía vibrante. El diseño argentino tiene una voz única: una combinación de tradición y experimentación. Me fascinó cómo los diseñadores locales adoptan materiales y técnicas autóctonas mientras crean formas contemporáneas. Me encanta el trabajo de Cristián Mohaded: me hizo reflexionar sobre la importancia de mantenerse conectado con las propias raíces mientras se avanza hacia el futuro.

¿Cuáles fueron tus aportes al diseñar para Nosten Argentina?

Para Nosten, me inspiré en la estrecha conexión entre las artes decorativas francesas y argentinas. El punto culminante está en la década de 1930, con los proyectos de arquitectos franceses en Argentina, como Jean-Michel Frank. La colección es un diálogo entre el material y la forma. Jugué con contrastes: áspero y pulido, sólido y delicado. Las piezas están diseñadas para parecer atemporales, invitando al tacto y la interacción, ya que siempre me esfuerzo por hacer muebles que vivan con las personas, no solo a su alrededor.

¿De qué se tratan estos diseños nuevos?

La primera pieza que imaginé para Nosten es el sillón Line, que elogia la curva y la línea. La cinta de metal negro actúa como el trazo de un lápiz, que dibuja la silueta del modelo y la sostiene. La colección de comedor Cross resalta la armonía entre geometría y funcionalidad, combinando líneas limpias con fuerza estructural. Las patas cruzadas de la mesa dan equilibrio visual y un soporte robusto. La silla Radius combina fluidez y fuerza, y logra un equilibrio entre estructura y comodidad. Su respaldo suave y redondeado envuelve con un abrazo acogedor, mientras que sus patas brindan estabilidad y presencia. El sillón Curv es una exploración escultórica: su diseño se inspira en líneas continuas que unen lo orgánico y lo arquitectónico. La curvatura perfecta del marco forma una silueta suave pero audaz, que ofrece una sensación de ligereza sin perder la solidez estructural.

 

 

 

Por Gabriela Picasso

SUSCRÍBASE A D&D

Por solo $60000 anuales reciba la revista D&D en su domicilio y obtenga la tarjeta de beneficios exclusivos Club D&D.

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER