Edición Nº 200 Entrevistas
PREGUNTAS PICANTES: JUSTINA BUSTOS
LA MUJER EN LA VENTANA Nació en Córdoba, pero su vida siempre estuvo marcada por los viajes. Descubrió la escena a los seis años, cuando vio una comedia musical durante […]
LA MUJER EN LA VENTANA

Nació en Córdoba, pero su vida siempre estuvo marcada por los viajes. Descubrió la escena a los seis años, cuando vio una comedia musical durante unas vacaciones en Brasil. Estudió baile y, a los 19, luego de una estadía en Nueva York, comenzó en la actuación. Más tarde su carrera creció vertiginosamente en teatro, cine y televisión en Latinoamérica y España. En 2024 estrenó su documental Sola en el paraíso, sobre su aislamiento en 2020 en la Isla Mauricio, con coronavirus, durante la pandemia.
¿A quién admirás en tu profesión y por qué?
La admiración es un recurso que siempre me impulsa a crecer y perfeccionar mis herramientas como actriz. Pompeyo Audivert me parece un actor fascinante, no puedo dejar de ir a ver su obra Habitación Macbeth. Ese hombre es de otro planeta. Marilú Marini, Valeria Lois, Camila Peralta, la lista es infinita… La admiración me causa adrenalina, es un motor sagrado para esta profesión.
¿Hay algún trabajo del que te hayas arrepentido? ¿Por qué?
Creo que todo lo que hice es parte del presente, todo es aprendizaje, no me arrepiento del pasado.
¿Algún vicio que te resulte irritante de tus colegas?
Mmm… no sería un vicio: el ego puesto por delante de todo.
Sin dar nombres, ¿qué es lo más absurdo que has visto en teatro o en cine?
Un director borracho que intentaba hilar frases mientras “dirigía” una obra de 20 personas.
¿Alguna gaffe que hayas cometido y que hoy te cause gracia?
Quedarme completamente en blanco frente al público y olvidar el nombre de la película que estaba presentando en un festival. Los nombres se escapan de mi mente cuando los nervios me ganan. Me suele pasar muy seguido.
¿Qué es lo peor que te puede pedir un director?
No sabría decirlo…
¿Cuál es el proyecto más utópico que te gustaría hacer?
Quizá Juana de Arco, me encantaría interpretarla. Alguna película épica con buen presupuesto, que tenga una vuelta de tuerca artística: con canto y danza. Un proyecto que reúna todas las artes en armonía. Trabajar con colegas que admiro, en un rodaje que sea puro aprendizaje y desafío.
Texto: Pablo Sáez

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