EDICIÓN Nº 197  Inspiraciones 

HILO CONDUCTOR

Un sofá hecho a medida y tapizado en tono lacre (Quintana Casa) consigue empatar la atemporalidad de la casa y volverse protagonista del living. El mueble bajo que subraya la […]

Un sofá hecho a medida y tapizado en tono lacre (Quintana Casa) consigue empatar la atemporalidad de la casa y volverse protagonista del living. El mueble bajo que subraya la curva de la pared se realizó en madera de kiri macizo. Una chaise longue (Burani) y un sillón de cuero (Habito) completan el espacio frente a la chimenea.

Una consola de madera negra (Quintana Casa) se acopla al piso calcáreo blanco y negro del hall de entrada, mientras las formas torneadas aportan volumen. En el rincón del living, una alfombra de cuero de vaca de la marca de la dueña de casa (Sense Rug Studio) reúne las mesas bajas con un butacón de cuero (ambas de Habito). Detrás, una obra de Nora Gotlib.

Como si se tratase de una cinta ondulante, un trazo de color negro va hilvanando los distintos ambientes de esta casa racionalista que la diseñadora Luciana Urteaga soñó para ella y su marido. El listón arranca en los calcáreos del hall de ingreso, domina el comedor y marca el perímetro del living con un mueble hecho a medida, luego avanza sobre los muebles de la cocina y sube por la escalera hasta la segunda planta. En el trayecto, acompaña a la arquitectura original de finales de los años treinta y consigue integrar muebles y objetos atesorados por años con piezas bien actuales. 

“Siempre había soñado con vivir en una casa racionalista”, confiesa Urteaga, quien después de años dedicados al interiorismo, no dudó que se encontraba frente a la indicada cuando esta propiedad de líneas puras, ubicada en Acassuso, se abrió ante sus ojos. “Tras dos años de búsqueda, encontramos esta joya arquitectónica que nos conquistó desde el primer instante”, asegura. Con la escala perfecta, cómoda, sin ser innecesariamente grande, había atravesado intervenciones edilicias que no desdibujaron su historia ni su estilo. 

“El reto consistió en respetar su esencia original, destacando sus detalles arquitectónicos únicos, mientras la adaptábamos a nuestras necesidades contemporáneas”, dice Urteaga, quien tomó decisiones acertadas puertas adentro y afuera de la construcción. Por un lado, retiró rejas que no le hacían justicia a la fachada y convirtió el espacio exterior en un refugio contemporáneo; por otro, eligió el balance cromático y el equipamiento perfecto para imprimirle carácter y singularidad a los ambientes.

La escalera, cubierta por un camino de hilo sisal, se pintó de negro también para esconder las distintas maderas con que se había reparado durante los años. La lámpara ferroviaria es de época y perteneció a la estación de Retiro. En la pared, una obra de Fernando Goin (Vicky Pelaez, para Quintana Casa).

En el comedor, las lámparas Formakami, de Jaime Hayón, son protagonistas. De papel de arroz y madera negra, estas piezas funcionan como un puente entre lo nuevo y lo clásico. Debajo, la mesa negra hecha a medida y las sillas Cesca (Landmark). A un lado, un mueble vajillero (Nosten) subraya un óleo de Darío Berterreche (Vicky Pelaez, para Quintana Casa). Las aberturas de hierro reproducen la estética de las ventanas originales de la construcción.

La cocina, práctica y funcional, se conecta visualmente con el resto de la planta baja. Las mesadas y alzadas Calacatta Borghini, de Mediterráneo (Mármoles Exclusivos) aportan sofisticación, mientras que objetos artesanales como platos y jarrones (Cerámicas Odetherra) añaden calidez. Los taburetes Cesca (Michael Thonet) se suman a la intención.

En la planta alta, se unieron dos dormitorios para crear la suite principal. El amplio vestidor, el escritorio, el respaldo de cama y el mueble de la TV se resolvieron con una combinación de melamina (Egger) y madera laqueada. En la cama, el cover Oversized Fit (Awanay). De frente, una consola de petiribí con tapa de chapa y una obra fotográfica de Balbina Lightowler (Bacano). Las persianas de madera (Rielamericano) permiten regular el ingreso de luz con un control remoto.

El toilette se renovó con mínimas intervenciones. El mueble existente se pintó de un intenso gris hierro (tono 7069, de Sherwin Williams) y la grifería se reemplazó por un monocomando Epuyén (FV) para acompañar a la bacha de cerámica. El espejo se hizo a medida en hierro. La puerta original de la casa también se actualizó con el mismo tono del cuarto. Dos macetones símil piedra parís con un buxus japónica y una euphorbia tirucalli se acomodan junto a la entrada.

Licenciada en marketing de formación e interiorista por vocación, Luciana Urteaga es co-fundadora de Sense Rug Studio, una marca de alfombras de cuero. Además, es una enamorada de las plantas. “Son mis mascotas”, asegura junto a un platycerium bifurcatum. Desde el comedor se accede al patio, donde un porcelanato símil terrazo Ilva (SBG) conecta las áreas de la pérgola, la pileta y el quincho. El living de exterior (Del Árbol) se acerca hasta la pileta, revestida con venecitas grises (Acuarel). Las carpinterías de hierro diseñadas especialmente aseguran la continuidad estética con el resto de la vivienda.

ESTUDIO: LUCIANA URTEAGA.

FOTOS: ARQ. DANIELA MAC ADDEN TEXTO: MARINA DENOY.

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