Arquitectura Edición N´198
UNA CAVA SECRETA
En un típico lote porteño de 8,66 metros de ancho, a media cuadra de la Plaza Armenia del barrio de Palermo, esta vivienda es el fruto de un proyecto […]
En un típico lote porteño de 8,66 metros de ancho, a media cuadra de la Plaza Armenia del barrio de Palermo, esta vivienda es el fruto de un proyecto del estudio de arquitectura Grimaldi-Natch. “Se trata de un único volumen central, con dos grandes vacíos hacia ambos lados: uno que conecta con la calle y funciona como un patio de ingreso, con una parrilla y horno de barro; y otro posterior de mayor carácter contemplativo, con chimenea exterior y jardín”, dice el arquitecto Arturo Grimaldi. “Al tratarse de cuadras de baja densidad y muy ruidosas en ciertos momentos del día, ubicamos la casa en el centro del lote, dejando un espacio de acceso con diversos usos y una fachada a la calle lo más anónima posible”. La consigna más importante fue lograr la transparencia en la planta baja a través de estos patios y la galería: una continuidad espacial y material.
La planta baja tenía que ser flexible y poder producir experiencias culinarias y sociales en diferentes momentos del día. La circulación en vertical está organizada por un sistema de escaleras superpuestas que conduce hacia la planta alta, con tres dormitorios, y hacia un subsuelo donde se ubica una cava. “La casa tiene un programa simple y tradicional que responde a la idiosincrasia porteña. El único uso más atípico es el de la cava”. Una paleta de materiales reducida pero expresiva propone una atmósfera cálida de hormigón visto de tablas, madera de peteribí y travertino de Lawrence. “En la elección de materiales y texturas quisimos mantener una síntesis que transmita solidez, calidad y calidez. Utilizamos los mismos en toda la casa para enfatizar su esencia”, dice la interiorista Agustina Aguilar.
En la cocina, banquetas de lapacho (El Camino Studio). Sillas de comedor modelo Pierre Jeanneret, de Bull. Mesa de mármol negro, diseño de Agustina Aguilar Studio, fabricado por Artecnia Mármoles. Sofá de lino negro y mesa baja de pergamino (diseño y fabricación de Agustina Aguilar Studio).
La cava está ubicada en el subsuelo de esta vivienda, que pertenece a un profesional de la gastronomía y apasionado del vino. Sobre la mesa central, un objeto lumínico del artista Leo Battistelli simboliza el corazón de la uva.
Los sillones individuales y las lámparas son de anticuarios. Sillas Pierre Jeanneret, fabricadas por Agustina Aguilar Studio, al igual que la mesa.
En el cuarto principal, la cama y las mesas de luz son de Agustina Aguilar Studio. Banqueta Pierre Jeanneret, de Bull. Lámparas de mesa Atollo, de Piazza Navona. “En el baño elegimos usar las mismas cortinas de lino que están presentes en varios espacios de la casa, para continuar con la idea de unificar materiales y texturas», describe la interiorista.
En el exterior, muebles de lapacho modelo Piet Boon de El Camino Studio. El paisajismo, a cargo de Bulla, propuso trabajar con plantas autóctonas para enmarcar la transparencia de la planta baja.
Leo Battistelli produjo piezas para tres espacios específicos: “Neptuno”, que ilumina el centro de la mesa del comedor; otra obra lumínica en la cava, suspendida sobre la mesa; y una serie de la colección “Luminosos”, tituladas “Venus”, “Hexa” y “Pluto”, que se despliegan en el jardín posterior.
Desde el patio se puede ver la puerta de entrada que da a la calle. En el frente, aberturas orientadas hacia esta zona, donde crecen las especies seleccionadas por el estudio de paisajismo Bulla.
ARQUITECTURA: ESTUDIO GRIMALDI-NATCH.
INTERIORISMO: AGUSTINA AGUILAR STUDIO.
FOTOS: JAVIER AGUSTÍN ROJAS.
TEXTO: VIVI VALLEJOS