Edición N´198 Entrevistas
HABITACIÓN AUDIVERT
Reconocido maestro de actuación, es uno de los intérpretes más potentes que tiene la escena porteña. Su unipersonal “Habitación Macbeth” continua a sala llena en el Teatro Metropolitan de Buenos […]
Reconocido maestro de actuación, es uno de los intérpretes más potentes que tiene la escena porteña. Su unipersonal “Habitación Macbeth” continua a sala llena en el Teatro Metropolitan de Buenos Aires, y es aplaudida de pie en todas sus funciones.
¿A quién admirás en tu profesión y por qué?
A muchos actores. Hay cortes de actuación tan hermosos y singulares en el teatro argentino, que sería muy difícil elegir uno solo. Comienzo por uno que ya no está con nosotros: Alejandro Urdapilleta, por la poética de su lenguaje, su vibración potentísima y sus registros. También destaco a Carlos Belloso, Rodrigo de la Serna, Jorge Marrale, Gabriel “el Puma” Goity, Osqui Guzmán.
¿Hay algún trabajo del que te hayas arrepentido?
Por más que la excitación a veces no fuera el motor de los proyectos, sino una circunstancia más vinculada al apremio económico, no me arrepiento de ningún trabajo. Siempre la actuación resulta gozosa con compañeros que te estimulan y los aprendizajes que se dan.
¿Algún vicio que te resulte irritante de tus colegas?
Cuando hay algún vicio vinculado al alcohol, al tabaco, o la marihuana, me parece que se mengua mucho la condición de la actuación, se daña la hiper lucidez que debemos tener en esa zona sagrada. Me da tristeza e irritación que los actores y actrices no se cuiden de esos derrapes.
¿Qué es lo más absurdo que has visto en teatro o en cine?
Una vez, en un festival internacional en Buenos Aires, trajeron desde Marruecos una obra que consistía en un grupo de actores quietos en el escenario; ni siquiera componían con los cuerpos. El público comenzaba a inquietarse, a indignarse e insultar, antes de retirarse. Procuraban esa reacción. No sé cuál era el concepto que guiaba esa puesta. Era muy penoso y hablaba muy mal de la curaduría del festival.
¿Qué es lo peor que te puede pedir un director?
Siempre busco directores que me potencien. Lo peor sería que me pidan atenuar mi fuerza expresiva en favor de un naturalismo ramplón, un costumbrismo vacuo, un teatro-espejo. Por suerte, no tengo experiencias así en mi haber, y creo que dejaría un proyecto de ese tipo.
¿Alguna gaffe que hayas cometido?
En el estreno de una obra muy importante, olvidé la letra en un momento crucial. Fui salvado por mis talentosos compañeros, que me ayudaron. Hoy me causa gracia, pero tuve una angustia bastante fuerte durante años. Ya me lo perdoné. Pero provocó varios cambios en mi vida, porque adjudiqué ese blanco a ciertas irregularidades en mi alimentación y en mis vínculos.
¿Cuál es el proyecto más utópico que te gustaría hacer?
Estoy trabajando en una versión de la obra de Shakespeare llamada: “Hamlet, el piedrazo en el espejo”. Creo que va a ser muy potente para este momento del mundo. Creo que va a tocar zonas metafísicas y poéticas de nuestra identidad colectiva, donde, a mi entender, debe estar el teatro, más allá de la ficción histórica.
Texto: Pablo Sáez