Arquitectura
Resplandor en Espejo
En el terreno ya existía una casa, pero hoy no quedan vestigios de ella. Su aspecto y espíritu cambió por completo. Tanto, que los vecinos de Abril Club de Campo […]
En el terreno ya existía una casa, pero hoy no quedan vestigios de ella. Su aspecto y espíritu cambió por completo. Tanto, que los vecinos de Abril Club de Campo creen que la original se tiró abajo para levantar la nueva. El arquitecto Jorge Muradas reformó la primera construcción para darle vida a la casa de fin de semana con la que soñaba un matrimonio joven con dos chicos: “acompañé a mis clientes a ver si tenía potencial. Estaba súper deteriorada pero se podía poner en valor. Se hizo una inversión económica y de ideas muy grande porque todo es nuevo: pisos, baños, cocina, cañerías, aberturas, puertas interiores y exteriores, y toda la estética exterior”, recuerda el arquitecto.
Por alguna razón inexplicable la propiedad estaba implantada “a muchos metros del ingreso”, espacio que fue aprovechado para sumar un patio que funciona como antesala y un muro que lo separa de dos amplias pérgolas que resguardan autos y bicicletas. “El muro genera intriga y le da intimidad. Es linda la secuencia: llegás con tu bolso, dejás el auto debajo de las pérgolas, pasás un patio y recién después ingresás a la casa. Y como el interior es permeable visualmente al jardín y las aberturas llegan al cielorraso, te lleva a un lugar de descanso”.
El juego en gris y blanco –carpinterías, pérgolas y faroles- se repite en el interiorismo, donde se suma la madera en elementos decorativos y muebles de Acento, la firma de Jorge Muradas, experto en resultados de impecable factura.
La nota completa está disponible en la edición #179 de D&D.
Créditos Estudio Arq. Jorge Muradas
Fotos: Arq. Daniela Mac Adden
Texto: Marina Aranda