Edición Nº 200 Entrevistas Eventos
LABERINTOS
LA LÍNEA DEL IMPULSO Martín Braun (h) presenta una muestra en Miranda Bosch Galería, que podrá visitarse hasta enero. Martín Braun (58) expone sus dibujos en Laberintos, una muestra […]
LA LÍNEA DEL IMPULSO
Martín Braun (h) presenta una muestra en Miranda Bosch Galería, que podrá visitarse hasta enero.

Martín Braun (58) expone sus dibujos en Laberintos, una muestra de su obra plástica que no busca conmover, pero lo consigue. Se trata de una serie de piezas en papel que guardó por mucho tiempo, sin intención de compartirlas. La presentación, impulsada por sus hermanas y por sus primos artistas, que exponen en simultáneo, reúne trabajos que comenzó de niño, inspirado por un compañero de colegio. Desde entonces, dibuja sobre cualquier papel que tenga a mano, guiado por el impulso y de manera intuitiva.
—¿Qué hay detrás de tus laberintos?
—La vida a veces es muy difícil. Hay que valorar cuando nos adentramos en lo que hacemos, resolver lo que se necesita para terminar lo que te propongas, y seguir adelante. De esa manera te vas a sentir contento y feliz.
—¿Imaginabas exponer cuando comenzaste a dibujar?
—Nunca consideré mis laberintos como un arte, ni me veía a mí mismo como un artista, los hacía de manera natural. Quizá ahora, que no hay tanto prejuicio, me siento más cómodo para compartirlo con más personas. Mis hermanas me propusieron hacer una muestra, ya que tenía una cantidad suficiente de prototipos.
—¿Cómo es tu proceso creativo?
—Sucede por impulso, a veces dibujo varios laberintos en un mismo día, pero también pueden pasar meses sin que haga ninguno. Por ejemplo, cuando terminé el colegio, pasaron muchísimos años en que casi no dibujé. Pero en estos dos años, y sobre todo en los últimos nueve meses, mi producción fue enorme.
—¿Qué materiales usás?
—Lápices, marcadores, y cualquier tipo de papeles que tenga a mano. No me molesta si ya está usado: igual dibujo encima.
—¿Seguís alguna regla o criterio?
—Siempre los diseño con una sola entrada y salida. Se pueden recorrer en ambos sentidos, aunque prefiero que sea hacia arriba. Me interesa que tengan cierta complejidad, así las personas se toman su tiempo para entrar y salir. Pero cuando se trata de gente conocida —no sé por qué— me gusta hacerlos más fáciles, a menos que me los pidan más complejos.
—¿Dibujabas en la infancia?
—A los nueve años vi un laberinto de mi amigo Francisco Martelli en la Escuela Argentino Modelo y él fue quien me inspiró. Ahí empezamos a intercambiar laberintos entre nosotros. No guardé los suyos, aunque hace poco me envió uno muy bueno. Al cambiarme al Newman, ese intercambio se terminó. Ahí casi nunca mostraba los laberintos a mis compañeros, pero hice muchísimos. Los guardé algunos años, aunque la mayoría terminó en la basura. Atesoro los pocos que conservé de aquella época, y esos no están a la venta.

Fotos: Jandri y Carlos Gil
Texto: Virginia Braun
Miranda Bosch Galería. Montevideo 1723

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