EDICIÓN N°176 

LARGA VIDA A LOS ÁRBOLES

“Mente inquieta, fuente inagotable de buenas ideas y que disfruta diseñando soluciones” así se define Eduardo Blaquier. Junto con el emprendedor Hernán Cibils – con el que asegura están cortados […]


“Mente inquieta, fuente inagotable de buenas ideas y que disfruta diseñando soluciones” así se define Eduardo Blaquier. Junto con el emprendedor Hernán Cibils – con el que asegura están cortados con el mismo cuchillo-, crearon Selva Negra, un proyecto que nació después de una propuesta para hacer muebles con eucaliptos quemados para unas caballerizas.
Desde entonces fueron desarrollado una técnica que consiste en hacer objetos funcionales a partir de maderas esculpidas con el fuego, logrando formas alucinantes y, como si fuera poco, dándole una segunda vida a los árboles que mueren de forma natural. “De chico decía que quería ser inventor. Desarmaba y armaba todos mis juguetes para tratar de entender cómo funcionaban. Al terminar el colegio descubrí que existía una carrera que estudiaba exactamente lo que me gustaba: diseño industrial. Cursé durante cuatro años, hasta que me di cuenta que la escultura era el camino para mi vida” recuerda. La facultad le aportó muchas herramientas, pero durante un viaje a Brasil vio en la calle a un escultor trabajando una pieza de madera. “Empecé con un cincel y un martillo, tallando un poste. Cuando lo terminé, ya había nacido una nueva pasión en mí. Compré mis primeras gubias y escofinas, y así incursioné en la técnica como autodidacta”.
Actualmente trabaja en dos proyectos simultáneos. Por un lado, como artista, rescatando piezas de madera quemada por los incendios; por el otro, junto a su socio en Selva Negra recorre campos en busca de árboles caídos o secos con la intención de transformarlos. La idea es poder recorrer el país, y en un futuro, por qué no el mundo, generando obras con lo encontrado a lo largo del camino. Todas las piezas están hechas a mano. Cortan con motosierras, mueven haciendo equilibrio con su mismo peso, queman, limpian y pulen. Además, mediante la experiencia adquirida, lograron fabricar máquinas para facilitar su trabajo. Fantasean con aprovechar en el futuro la energía del viento, el sol y el agua para generar movimiento y poder producir elementos en serie. “Lamentablemente hoy no puedo decir que mi trabajo es 100% sustentable, pero apuntamos y vamos hacia eso. El sabor más rico de este proyecto es poder aprovechar los recursos que deja la tierra. La naturaleza también es responsable de que cada pieza sea única. Es que las formas que elige el fuego dependen de factores como el viento, la temperatura, el tipo de combustible. Podemos tratar de controlarlo, pero él siempre decide. Por eso es importante que se entienda, y así tratamos de mostrarlo en nuestra cuenta de Instagram, para que el cliente pueda interactuar con nosotros y conocer más sobre nuestro trabajo” concluye.

Texto: Jimena Sampataro.

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