Arquitectura Edición Nº190
La paz como consigna de diseño
“El pedido de los clientes, un matrimonio ensamblado con una hija en común e hijos grandes que ya no vivían con ellos -pero que reciben los fines de semana-, era […]
“El pedido de los clientes, un matrimonio ensamblado con una hija en común e hijos grandes que ya no vivían con ellos -pero que reciben los fines de semana-, era darle aire a la casa, simplificando espacios, mobiliario y objetos. “La dueña nos dio libertad de acción. Vivía transitoriamente en otro país y la primera consigna fue la sorpresa. La segunda (y única), que usáramos colores claros” cuentan Malena Perkins y Milagros Loitegui, que se asociaron por primera vez para este proyecto. “El comienzo fue inusual. Cuando llegamos nos encontramos con una casa demolida completamente. Solo quedaba la estructura. Así comenzamos a imaginar el proyecto de interiorismo desde cero, varios meses antes que llegara el estudio de arquitectura encargado del proyecto y construcción, Estudio Cordeyro. Cuando se hicieron cargo había muchas cosas que ya teníamos claras, y que ellos interpretaron y materializaron a la perfección. Formamos un gran equipo” agregan.
Debieron afrontar limitaciones como la altura de todos los techos de 2,60 m, por lo que optaron por ventanas altas en todos los ambientes. En el hall central, la decisión firme de realizar una gran lucarna en el techo fue fundamental para garantizar la luz, ejecución compleja de Sebastián Tourón, director de obra. La mampostería lisa reemplazó barandas de madera de la escalera y balcones. El interiorismo fue reconfigurado con un mínimo de muebles de líneas sencillas y curvas para hacer amable la circulación. La paleta de colores en blanco, visón y negro para las aberturas, procura la apertura y claridad deseadas.
El jardín diseñado por Ernestina Anchorena y el diseño de iluminación de Nicolás Díaz aportaron equilibrio. “Teníamos bastante obsesión por inyectar aire a la casa, abrir y limpiar toda la información que había, que era mucha. Optamos por puertas corredizas en cocina y comedor diario que permiten integrar y ampliar espacios. La mayor satisfacción fue cuando la clienta, ya dos años después nos dijo: “Cada vez que entro a casa siento paz”, cuentan Malena y Milagros.
Nota completa disponibile en la edición impresa Nº190 de D&D.
CREDITOS
Interiorismo: Malena Perkins, Milagros Loitegui Estudio Santiago Cordeyro.
Dirección de obra: Sebastián Tourón. Paisajismo: Ernestina Anchorena.
PH: Daniela Mac Adden.
Texto: Pablo Sáez