EDICIÓN Nº166 Preguntas Picantes
PREGUNTAS PICANTES: Gabriel Olivieri
Su perfil profesional es tan amplio como difícil de definir. Autoridad en hotelería cinco estrellas, también experto en marketing y comunicación, Gabriel Olivieri ya era un referente dentro de la […]
Su perfil profesional es tan amplio como difícil de definir. Autoridad en hotelería cinco estrellas, también experto en marketing y comunicación, Gabriel Olivieri ya era un referente dentro de la industria del hospedaje premium por su gran conocimiento y pasión, hasta que este año alcanzó una enorme popularidad tras su paso por El hotel de los famosos.
¿A quién admirás en materia de marketing y hotelería y por qué?
Admiro a las marcas transgresoras. Hay un marketing de la corrección, donde lo que se hace es lo que se «debe», y sin corazón. Eso no me gusta. La compañía para la que trabajo, Four Seasons Hotel & Resorts, considera que el lenguaje del lujo es el amor, y yo adhiero totalmente a ese concepto.
¿Hay algún trabajo del que te hayas arrepentido?, ¿por qué?
Cada trabajo que tuve me fue llevando al lugar en el que estoy: «training for your future». Comencé de maletero abriendo la puerta de un hotel, hasta pasar por cada área del negocio. En El hotel de los famosos tuve que repasar todas esas experiencias que me sirvieron para crecer.
¿Algún vicio que te resulte irritante de tus colegas?
Soy una persona que sabe lo que quiere, así que lo que los otros hagan, mientras no me perjudique, no me interesa. Mi lema es vivir y dejar vivir.
Sin dar nombres, ¿qué es lo más absurdo que has visto en hotelería?
En la categoría de máximo lujo no hay pedidos absurdos, mientras sean legales. Esa demanda insólita es lo más divertido: me han pedido desde una silla de barbero antigua para afeitar a un huésped y enviar flores a la otra punta del mundo, hasta cubrir una suite de 200 metros con pétalos de rosas, y así muchas ocurrencias más.
¿Alguna gaffe que hayas cometido y que hoy te cause gracia?
Me fue bien muy rápido, y aprendí inglés de manera acelerada. Tuve algunos errores de idioma al principio. He llegado a decir «lo que el vino (wine) se llevó…» en lugar de “lo que el viento se llevó (wind)”. La pronunciación para quien habla perfecto no es la misma, pero entonces sí lo era para mí.
¿Cuál es el proyecto más utópico o delirante que te gustaría realizar?
Transformar una mansión en la zona del Vedado, en La Habana, Cuba, en un hotel boutique que te lleve a la época de Hemingway en la década de los cincuenta, y finalizar mi trayectoria hotelera en un proyecto así. Y también hacer, teatro, cine y seguir haciendo televisión.
Texto: Pablo Sáez.